Frente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), el gobierno de Vladimir Putin presentó una solución al conflicto, en el que insta a un alto el fuego humanitario y condena los actos de terrorismo.
Además, el proyecto aboga por la liberación de rehenes, el acceso de la ayuda humanitaria y la evacuación segura de los civiles necesitados.
En caso de someter a votación, el proyecto debería tener el visto bueno de nueve países y ningún veto por parte de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China o Rusia.
Por su parte, desde Beijing puntualizaron en la “solución pacífica mediante la creación de dos Estados”, y solicitaron que “las partes implicadas para que mantengan la calma, actúen con moderación y pongan fin inmediatamente a las hostilidades”.