El gobierno de Costa Rica organizó un evento en el que ha presentado las diversas acciones, con las que ha conseguido convertirse en el primer país tropical en detener y revertir su proceso de deforestación y degradación de bosques.
Se trata de una problemática mundial que puede convertirse en la próxima pandemia, tal y como ha alertado la “Evaluación global sobre la reducción del riesgo de desastres: Informe especial sobre la sequía 2021” publicado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).
“Si bien el riesgo directo de la sequía es diferente en diferentes regiones, en nuestro mundo global interconectado ya no podemos permitirnos pensar en los problemas como separados por peligro o por país”, apuntó al medio alemán DW, la vocera de la organización, Jeanette Elsworth.
“La sequía en una parte del mundo puede afectar las cadenas de suministro, el suministro de energía, la seguridad y estos pueden tener impactos en otras partes del mundo”, agregó.
Por su parte, la ministra de Medio Ambiente de Costa Rica, Andrea Meza declaró: “nos pareció el momento adecuado para explicar que la tierra es la base donde está el bosque, es el ecosistema y es la base donde desarrollamos las actividades productivas, el consumo y donde también disfrutamos de sitios turísticos”.
“Vivimos en una región donde también estamos viendo los efectos de la desertificación”, recalcó Meza, recordando que “el Corredor Seco es una amenaza común”.
Este área geográfica cruza desde el estado de Chiapas (México) hasta Costa Rica, pasando por El Salvador, Honduras y Nicaragua. Por ello, en el norte del Costa Rica, en Guanacaste, así como en las cuencas de los ríos Barranca, Tárcoles, Jesús María y Reventazón se están implementando planes y acciones específicas de restauración.
Por otro lado, se estima que la restauración de tierras a nivel global podría generar beneficios de 1,4 billones de dólares anuales.