Los científicos que controlan el volcán que lleva casi dos meses en erupción en la isla canaria de La Palma detectaron este miércoles un cambio apreciable en la erupción, con un aumento notable de la sismicidad a profundidades intermedias y una alta emisión de ceniza.
Si la emisión se compara con igual periodo de tiempo, 59 días, las cantidades liberadas de dióxido de azufre expulsadas por el volcán La Palma, multiplican por siete las emitidas por toda la Unión Europea a lo largo de dos meses.
Este, es el cálculo que han realizado dos de las instituciones científicas que vigilan los gases que expulsa a la atmósfera la erupción, el Instituto Volcanológico de Canarias y la Universidad de Manchester (Reino Unido), con especial seguimiento del SO2 (azufre).
Uno de los aspectos que más preocupan en esta fase de la erupción es la emisión de gases y la posible afección a la población.