Las escuelas francesas reabrirán a partir del 11 de mayo, de manera progresiva y limitando a 15 los alumnos por aula para facilitar el distanciamiento. El retorno a las clases es uno de los elementos clave de la estrategia de desconfinamiento y un símbolo de la anhelada vuelta a la normalidad pese a la pandemia de la Covid-19.
El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha presentado hoy los planes de reanudación de la actividad escolar, un requisito para que muchas familias puedan intentar restablecer el modo de vida, sobre todo laboral, que tenían antes del confinamiento, iniciado el pasado 17 de marzo.
Las primeras escuelas que abrirán serán las de los niños de primaria y las que dan una educación reforzada, en zonas socialmente problemáticas, y en las áreas rurales. Eso será el 11 de mayo. A partir del 18 de mayo comenzarán a funcionar los centros de secundaria y los liceos profesionales. El 25 de mayo ya deben estar abiertas la totalidad de escuelas. Para respetar el límite de 15 alumnos por aula se establecerán diversos sistemas, según el centro. Una de las fórmulas es dividir los grupos y, por días alternos o por semanas, que la mitad de los alumnos siga el curso de manera presencial y la otra mitad a distancia, desde casa.
El cierre de escuelas y el confinamiento han profundizado la fractura social en el país
Los maestros que sean personas de riesgo ante la Covid-19 podrán seguir teletrabajando desde sus domicilios.También podrán quedarse en casa y seguir las clases por internet los alumnos cuyos padres así lo decidan. No estarán exonerados, sin embargo, de continuar el curso
En una intervención en la Asamblea Nacional, Blanquer advirtió que las escuelas que no sigan los protocolos de higiene y de gestos barrera serán cerradas. Algunos representantes sindicales de los maestros y de asociaciones de padres expresaron ya escepticismo sobre una gestión adecuada de las escuelas, desde el punto de vista educativo y de seguridad, cuando reabran.
En Francia hay presión para la reapertura de las escuelas porque se considera que su cierre no hace sino profundizar la fractura social. Los alumnos de las familias más modestas o con problemas son a quienes más negativamente está afectando el confinamiento, pues habitan en viviendas más pequeñas y muchos no disponen de la tecnología adecuada ni de condiciones objetivas para seguir desde su casa los cursos.
