Alberto Fujimori, el ex presidente de Perú que cumplía una sentencia a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, quedó en libertad este miércoles después de un fallo que lo benefició y que generó una ardua polémica de la que participaron incluso organismos internacionales.

El ex mandatario salió a bordo de un automóvil del penal policial de Barbadillo, cerca de dos horas después de que el Instituto Nacional Penitenciario informara que se disponía a cumplir la resolución adoptada por el Tribunal Constitucional.

“En cumplimiento del mandato del TC que dispone la inmediata libertad del interno Alberto Fujimori, luego de procesar el documento de conformidad con los protocolos internos, procederá con la ejecución de la libertad“, señaló el INPE en un comunicado.

El expresidente de 85 años salió de la cárcel con una cánula conectada a su nariz y llevaba un pequeño balón de oxígeno. Se reencontró con sus hijos Keiko y Kenji y subió a una camioneta en la puerta de salida del penal, ubicada en un barrio pobre de Lima donde permaneció 16 años.

Según sus médicos y familiares, Fujimori sufría de úlceras en el estómago, hipertensión y tuvo operaciones por un cáncer en la lengua.

La Corte IDH pidió detener el indulto hasta que el organismo tenga “todos los elementos necesarios para analizar si dicha decisión cumple con las condiciones” que exige el beneficio.

Los críticos del exmandatario rechazaron la restitución del indulto, junto con los familiares de víctimas, legisladores de izquierda y defensores de DDHH, que advirtieron que el perdón conlleva a un “grave incumplimiento” de los compromisos internacionales, en una situación que vuelve a polarizar a Perú.