Reino Unido anunció este jueves que analiza endurecer su política migratoria, decisión que generó polémica y rechazo de varios países, según informaron medios británicos.

El Gobierno del primer ministro, Boris Johnson, que tras el Brexit hizo de la controlada política inmigratoria uno de sus pilares de gestión, asiste a un número récord de intentos por parte de los migrantes de atravesar el canal de la Mancha desde Francia, en embarcaciones improvisadas en ocasiones, con la intermediación de los traficantes de personas.

Según el diario The Financial Times, el Ministerio del Interior contempló enviar a los solicitantes de asilo a más de 6.000 km del Reino Unido, en pleno Atlántico sur, a las islas volcánicas de Ascensión o Santa Elena.

El diario afirma que la idea sería desplegar barcos que generan olas para forzar a las pequeñas embarcaciones a retroceder a aguas francesas, lo que produciría “preocupaciones en cuanto al riesgo de hacer volcar a los migrantes”.

Para Amnistía Internacional, al enviar lejos a los migrantes, Reino Unido “ignora toda consideración de sus necesidades, derechos y bienestar”.