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Rusia en alerta por un posible ataque de mercenarios a puntos claves de Moscú

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Las autoridades acusaron a Wagner de organizar un motín armado para vengar la supuesta eliminación de 2.000 de sus combatientes por la cúpula militar rusa.

Rusia en alerta por un posible ataque de mercenarios a puntos claves de Moscú

El viernes por la noche Rusia entró en alerta y reforzó la seguridad en edificios gubernamentales, instalaciones de transporte y otros lugares clave de Moscú. Las autoridades acusaron a Yevguenil Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios Wagner, de organizar un motín armado tras prometer vengar lo que alegó, sin aportar pruebas, que la cúpula militar rusa había matado a 2.000 de sus combatientes.

Prigozhin, declaró que sus hombres habían cruzado la frontera de Ucrania a Rusia y estaban dispuestos a llegar “hasta el final” contra el ejército ruso. Los combatientes de Wagner habrían entrado en la ciudad meridional rusa de Rostov, dijo Prigozhin en una grabación de audio publicada en Telegram. También señaló que él y sus hombres destruirían a cualquiera que se interpusiera en su camino.

El gobernador de la región rusa de Rostov, vecina de Ucrania, llamó a la población a permanecer en sus casas. “Las fuerzas del orden toman todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los habitantes de la región. Pido a todos guardar la calma y no salir de casa salvo por necesidad”, escribió en telegram el gobernador Vasili Golubev.

El servicio de seguridad ruso FSB acusó al jefe del grupo mercenario Wagner de intentar lanzar un “conflicto armado” y urgió a sus combatientes a detenerlo, según un comunicado publicado el sábado por agencias noticiosas rusas. “Las declaraciones de Yevgueni Prigozhin y sus acciones son un llamado a comenzar un conflicto civil armado y una puñalada por la espalda a los soldados rusos que combaten a las fuerzas fascistas ucranianas”, señaló el comunicado, en el que insta a los combatientes de Wagner a “tomar medidas para detenerlo”.

Prigozhin prometió “frenar” al comando militar de Moscú, recordó que tiene a su disposición a “25.000” combatientes y llamó a “todos los que quieran” a unirse a sus tropas para “acabar con el desorden”. Poco después aclaraba que su intención no era dar “un golpe de Estado”, sino liderar una “marcha por la justicia”.

“Todavía hay que entender lo que está sucediendo”, afirma la analista independiente rusa Tatiana Stanovaia, que considera probable que las autoridades “traten de dejar fuera de juego a Prigozhin”, que se habría prestado involuntariamente a ese juego. “Para el FSB y el Estado Mayor, esto es un regalo caído del cielo. Como mínimo, Prigozhin va a recibir un mazazo”, aseguró.

El conflicto en Ucrania permitió al imprevisible jefe del grupo paramilitar Yevgueni Prigozhin, imponerse como una figura de primer plano en Rusia, pero su llamamiento a rebelarse contra el Estado Mayor del ejército regular amenaza con cortar en seco su despegue. El volcánico multimillonario de 62 años, de cabeza rapada y rasgos duros, acusó el viernes al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, de haber ordenado el bombardeo de bases de Wagner en la retaguardia del frente de Ucrania, matando a un “gran número” de mercenarios.

En mayo de este año, logró su consagración al reivindicar la conquista de la ciudad de Bajmut (este), una de las pocas victorias de las fuerzas rusas, tras meses de encarnizados combates. Pero durante la batalla de Bajmut se acentuaron las tensiones con el Estado Mayor. Prigozhin acusa a los militares de escatimarle municiones y publica videos con injurias contra los comandantes rusos. Una actitud inimaginable para cualquier otro individuo en Rusia, donde impera una severa represión, informó el portal Ámbito.

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