El pasado miércoles, la lava del volcán de La Palma llegó finalmente al mar, lo cual significó un riesgo brutal para la población por la toxicidad que produjo el fenómeno. Sin embargo, no fue lo único por lo que pasó la isla española.
Desde entonces, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) localizó dieciocho terremotos en la zona sur. Dos de ellos alcanzaron la magnitud máxima de 3,3 puntos.
Por otra parte, solo cuatro de estos sismos fueron percibidos como leves por los residentes de Fuentecaliente (municipio de La Palma). Mientras tanto, uno se registró entre 10 y 14 kilómetros de donde se inició la reactivación sísmica previa a la erupción del volcán de la Palma.
Entre otros de los estragos que causó la desembocadura de la lava, el presidente de la Asociación de Volcanes de Canarias, Víctor Melo, informó que la isla “está creciendo y ganó una plataforma costera al mar”. Asimismo, señaló que no hay certezas de si “crecerá más o se quedará limitada” debido a que “la lava se deposita en la ladera del acantilado y ya después genera profundidad”.
De acuerdo a la información brindada por el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), esta nueva plataforma tiene una superficie estimada de 20 hectáreas y 24 metros de profundidad.
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional español reveló que por el avance de la lava se vieron afectadas 981 viviendas y estructuras, de las que 855 sufrieron una destrucción total.
Mientras tanto, la población de La Palma debe extremar cuidados por los gases tóxicos que se generaron ya que podría empeorar el deterioro de la calidad del aire con un potencial cambio en la dirección de los vientos. No obstante, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé que por el momento se dirige hacia el océano Atlántico.
