[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”85454″ img_size=”full” title=”la ex presidente Cristina Kirchner (izq.) y los jueces federales, Ariel Lijo y Claudio Bonadío (en ese orden, a la derecha)”][vc_column_text]
CAPITAL FEDERAL. El juez federal Ariel Lijo fue sorteado y quedó a cargo de investigar la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la expresidenta Cristina Kirchner, por el supuesto encubrimiento del atentado a la Amia de 1994. Sin embargo, la causa podría pasar a su colega Claudio Bonadío, quien ya tramita otro expediente por “traición a la patria” contra los mismos imputados.
Así lo sostuvo el fiscal ante la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz, al recordar que en el juzgado federal de Bonadio ya se tramita otra causa contra la expresidenta y varios exfuncionarios por la firma del Memorando de Entendimiento con Irán.
“No hay que descartar que el juez sorteado sostenga que la causa por traición a la patria de Bonadio está más avanzada y mande todo a Bonadio; hay que ver cuál es el criterio del nuevo juez”, declaró Sáenz.
Lijo, titular del Juzgado Federal 4 de la Capital, resultó sorteado en la mesa general de entradas de la Cámara Federal porteña, en cumplimiento a la orden emitida el jueves por la Cámara Federal de Casación Penal de reabrir la causa por la denuncia de Nisman y apartar al juez Daniel Rafecas.
En reemplazo de Rafecas, que desestimó en dos oportunidades investigar la denuncia del fiscal fallecido, aduciendo la inexistencia de delito, el mayor tribunal penal del país ordenó designar un nuevo juez por sorteo para que realice las medidas de prueba sobre la denuncia de Nisman.
De igual manera, apartó a los integrantes de la Sala I de la Cámara Federal, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, que también desestimaron la denuncia de Nisman dos veces, pero en este caso el expediente será revisado por la Sala II del mismo tribunal.
A menos que abra la feria judicial de enero y disponga iniciar el tratamiento del expediente durante el mes de receso en Tribunales, Lijo se haría cargo de la causa en febrero, cuando debería instrumentar las 45 medidas de prueba que originalmente había solicitado el fiscal Gerardo Pollicita y que Rafecas desestimó.
En febrero del 2015, luego de la muerte de Nisman, Lijo se declaró incompetente para tratar la denuncia de Nisman.
Sáenz evaluó el fallo de mayoría de la Sala I de Casación como “la peor y más grave imputación” en contra de la expresidenta y no descartó que la causa pase a Bonadío, cuyo trámite está “más avanzado”. La defensa del excanciller Héctor Timerman ya adelantó que apelará el fallo.
(Fuente: La voz del Interior)[/vc_column_text][vc_facebook type=”button_count”][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]