ROSARIO. Sigue escalando la violencia narco en la tercera ciudad más poblada del país, tras el asesinato de Máximo Gerez, el niño de 12 años que quedó en medio de una balacera narco en el asentamiento Los Pumitas, del barrio Empalme Graneros.
Según publicó Infobae, este martes a las 3 de la madrugada, tras el violento saqueo a la casa de un presunto dealer en represalia por el crimen de Máximo Gerez, varios vecinos de la zona recibieron amenazas de muerte formuladas por un delincuente armado que se filmó y envió las imágenes a través de Facebook y WhatsApp.
“Escuchen, manga de giles”, dice un enmascarado con varias pistolas y un cargador completo: “Van a tener que devolver las cosas, o sino todos los días les vamos a dejar un muerto. Todas estas balitas son para ustedes. Más vale que devuelvan las cosas o les damos plomo, giles”.
El blanco del saqueo fue un presunto traficante de la banda de “Los Salteños”, quien habría sido el verdadero blanco del ataque sicario que mató a Gerez e hirió a otros tres chicos. De acuerdo con Infobae, los vecinos de la zona lo hirieron a piedrazos para luego robarle la heladera, el inodoro y una serie de peluches para chicos. Luego, una casa aledaña fue incendiada.
Este lunes, otros bunkers narco fueron atacados e incendiados en la zona de Empalme Graneros, los cuales pertenecerían a la temible banda narco-criminal.
Las detenciones vinculadas al crimen del niño que quedó en la línea de fuego de los narcos
Como es de público conocimiento, Alejandra Fabiana R., de 50 años, y sus hijos Esteban Ezequiel M., de 30, y Gustavo Nicolás B., de 22, fueron detenidos por el crimen de Máximo. Los capturaron anoche durante un allanamiento en su casa del barrio Godoy, en el sur de Rosario, a varios kilómetros del lugar del asesinato, en el noroeste de la ciudad.
En principio, no están acusados de la autoría del ataque, pero sí de complicidad. Es que habían ocultado en su domicilio el Honda Civic que se cree que los sicarios utilizaron para la balacera. En el auto, investigadores encontraron tres huellas dactilares que serán peritadas en el expediente a cargo del fiscal Adrián Spelta.
Tras averiguaciones hechas por investigadores policiales, se pudo establecer que el esposo de Alejandra R. es el taxista Mario Borda, quien está condenado a 5 años y 6 meses de prisión por haber sido considerado partícipe secundario del homicidio de una adolescente de 13 años. Según los investigadores, Mario Borda comparte el pabellón 9 de la cárcel de Piñero con el presunto cabecilla de la banda narco que le disputa el territorio a “Los Salteños”. De allí el vínculo entre los detenidos y el ataque de los sicarios.
