Justicia

El asesinato de Blas Correas: los policías acusados son “víctimas de un sistema perverso que les enseña a matar y a mentir”

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Lo dijo Soledad Laciar, la madre del joven ejecutado por uniformados cordobeses el 6 de agosto del 2020. Trece oficiales acusados por homicidio agravado y por encubrimiento están siendo enjuiciados. El 31 de marzo se conocerá la sentencia

El asesinato de Blas Correas: los policías acusados son “víctimas de un sistema perverso que les enseña a matar y a mentir”

CÓRDOBA. El juicio con un jurado popular contra los 13 policías cordobeses acusados por el homicidio y el encubrimiento del crimen de Blas Correas está llegando a sus etapas finales y el próximo 31 de marzo, se conocerá la sentencia contra los acusados. Este viernes, Soledad Laciar, la madre del chico de 17 años asesinado por policías el pasado 6 de agosto del 2020, pidió “un gesto de humanidad” a los 13 uniformados cordobeses juzgados por el crimen y el encubrimiento. “Tal vez sería bueno que reflexionen sobre esta última oportunidad”, les dijo en la audiencia de la víspera.

“Basta de silencio. Si alguno de ustedes tiene un gesto de humanidad, espero que tengamos una verdad de la boca de ustedes”, insistió Laciar, según publicó La Nación. Y en declaraciones impactantes, la madre de Blas consideró que los policías enjuiciados son “víctimas de un sistema perverso que les enseñó a matar y mentir”.

“Venimos a pedir que estas cosas tan dolorosas no sucedan nunca más”, subrayó Laciar.

Soledad Laciar

Asimismo, la madre de la víctima pidió una reducción de pena para la agente acusada de haber “plantado” el arma y que, al arrepentirse y confesar, permitió destrabar la investigación. “A Blas no lo mataron una vez, sino muchas veces -siguió- La primera vez le dispararon a su cuerpo, la segunda vez le dispararon a su honestidad”, sentenció la mujer.

En las últimas semanas, los fiscales y querellantes presentaron sus alegatos y solicitaron condenas para los uniformados y nuevas investigaciones contra exfuncionarios y jefes policiales.

Mientras que los abogados defensores de Lucas Gómez y Javier Alarcón, descartaron que haya existido abuso policial. Y plantearon que lo ocurrido fue “homicidio con exceso en el legítimo uso del cargo o deber”. Por eso solicitaron la absolución o un cambio de la calificación a “homicidio simple con dolo eventual”.

Policías acusados de homicidio agravado y encubrimiento por el crimen de Blas Correas

Vale aclarar que Alarcón y Gómez están imputados por homicidio calificado y agravado por el abuso de sus funciones y por igual delito en grado de tentativa por los cuatro amigos de Correas que iban en el auto.

La fiscalía había pedido la pena de prisión perpetua para esos dos acusados, condenas de seis años para los imputados de encubrimiento. También pidieron que se investigue a otras autoridades, como al ex ministro de Seguridad Alfonso Mosquera, al ex comisario Gonzalo Cumplido y al ex subsecretario de Coordinación y Planificación Técnica Lucas Mezzano.

El crimen vinculado al “gatillo fácil” y al encubrimiento policial

Alrededor de las 23.30 del 6 de agosto de 2020 –cuando, en medio del aislamiento social y preventivo por la pandemia del Covid-19 comenzaron a permitirse reuniones– Correas volvía de comer una pizza. Estaba circulando en el horario en que la cuarentena lo permitía. Iba en el asiento trasero de un Fiat Argo blanco.

Blas Correas

Una moto se les acercó, y los jóvenes que estaban en el auto con Correas temieron que fuera un intento de robo, por lo que aceleraron. Luego giraron mal en una esquina y no frenaron ante el control policial montado por dos patrulleros y varios agentes en la Avenida Vélez Sarsfield, según consigna La Nación.

Los uniformados abrieron fuego sobre el auto, que recibió cuatro balazos: el que mató a Blas ingresó por la luneta trasera e impactó en su espalda. Otro se incrustó en el asiento delantero. En un primer momento de la investigación posterior, los policías dijeron que los chicos iban armados y mostraron un arma que supuestamente habían encontrado en la zona. Esa arma había sido “plantada”, como quedó en evidencia con la ruptura del pacto de silencio que mantenían los acusados.

Tres meses después del crimen, la agente Wanda Esquivel contó al fiscal que instruyó la causa, José Mana, que cuando se trasladaban en el móvil policial, Alarcón sacó un arma de su chaleco y le pidió que la tirara por la ventanilla, en un área a metros de donde el Fiat Argo fue acribillado.

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