Por tercer año consecutivo, la bajante del Río Paraná complica la logística portuaria del Up-River de Santa Fe y afecta la colocación externa de la producción agroindustrial de la Argentina.

Debido a esta situación, el complejo agroindustrial tuvo pérdidas por U$S 280 millones, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Este fenómeno tuvo su punto álgido en enero de este año, con el registro de 0,49 metros por debajo del cero en el hidrómetro ubicado en Rosario, que marcó el menor valor en nuestros registros desde la década del ’70. En ese mes, el tramo navegable que va desde San Lorenzo hacia el Océano operó con un calado de navegación promedio de 8,5 Mts, cerca de dos metros, o unos 6,2 pies, por debajo de lo que se considera un “calado normal” en el tramo.

Cabe aclarar que no se ve afectado solamente por la altura del río, también por los esfuerzos de dragado que se realicen en los pasos críticos.

En la última semana de abril, el nivel del Río Paraná en Rosario volvió a superar el umbral de los dos metros, una recuperación muy auspiciosa considerando que había comenzado dicho mes por debajo del metro. En tanto, desde abril del año pasado que el nivel del Río no superaba esta marca y son buenas noticias de cara a la campaña comercial de maíz y soja 2021/22 que acaba de comenzar.

Dentro de las perspectivas hidrométricas que presentó el Instituto Nacional del Agua (INA), para mayo, se espera que a lo largo del mes el río -a la altura de Rosario- se mantenga por encima de los dos metros en el escenario más optimista, mientras el más pesimista se mantiene algo por debajo del metro y medio.

El INA, en su último reporte aclara que, si bien las condiciones son en general mejores que las observadas en 2020 y 2021, la perspectiva climática todavía no permite establecer un límite temporal del escenario de aguas bajas predominantes iniciado en marzo de 2020.