Marihuana medicinal: “Los jueces aprendieron a distinguir el autocultivo”
BUENOS AIRES. El Gobierno nacional reglamentó el decreto 883/2020, publicado el jueves en el Boletín Oficial con el que buscan facilitar e impulsar la investigación científica orientada a los posibles usos terapéuticos del cannabis. Además, la normativa busca dar acceso a las terapias de forma segura e informada para todos los usuarios a través del autocultivo.
Sobre el tema hablamos con el abogado Gabriel Jinkus, asesor jurídico de Rosana Vier, una de las referentes de la fundación Familias Usuarias de Cannabis Medicinal de Misiones (Fucami).
Desde un primer momento el letrado aclaró que, con el autocultivo y mucha gente instruida en el tema, se van a generar muchos autocultivos en terrazas, galpones, terrazas, patios y jardines, lo que generará un inconveniente al Estado al momento de los controles.
En ese sentido y como posible solución al inconveniente, Jinkus sugiere los cultivos colectivos en conjunto con ongs que tienen registros privados de usuarios. “Si uno junta a 200 personas, baja los costos”, comentó y aclaró que, según el nuevo reglamento, quienes hacen autocultivo deberán estar registrados públicamente.
Diferencias entre los cultivadores
El autocultivo, es para un usuario medicinal que cultiva sus plantas de marihuana y hace sus extractos; mientras el autocultivo colectivo tiene a varios cultivadores congregados legalmente en alguna Asociación Civil y comparten el resultado de un cultivo mucho más grande, con variedad y mayor seguridad.
Mientras el cultivo solidario son aquellas personas que arriesgan “su vida, patrimonio y libertad”. Son personas que “cultivan por amor, hobbie, para ellos y lo que sobran lo entregan como solidaridad”.
Las tres formas estarían contempladas dentro de la nueva reglamentación del cannabis medicinal, aunque para Jinkus solo es un reemplazo del decreto anterior que no reglamenta procedimientos y solamente deroga responsabilidades en los distintos organismos públicos. “Hoy no sé cuánto puedo cultivar, nada más que registrarme para el autocultivo”, dijo y opinó que, pese a las buenas ideas, “deberían capacitarse e instruirse en políticas públicas”.