Opinión

Lo que la Pandemia se llevó

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Nota de opinión por Mariano Bottaro (*)

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Lo que la Pandemia se llevó

Hace ya más de dos años, la noche del 20 de Marzo de 2020, el Presidente, Alberto Fernández dictaba el inicio de la cuarentena obligatoria debido al COVID-19. Esta iba a durar únicamente 10 días pero desde entonces nuestro país no volvería a ser igual.

Durante los primeros días, el Presidente y sus ministros amenazaban en los medios con la aplicación de todo el peso de la ley a quienes no cumplan con la cuarentena. Por ejemplo, se ha difundido extensamente el videoclip de la entrevista del Presidente Fernández con Verónica Lozano donde expresa enfáticamente, “La Argentina de los vivos (refiriéndose a aquellos que no cumplían la cuarentena) se terminó.”

En aquellos tiempos, la opinión pública castigó duramente e inconscientemente que salían a la calle a pesar del decreto presidencial; tales son los casos de la señora Sara que salió a tomar sol a una plaza y la Policía la obligó a retirarse o el del famoso surfer que venía de Brasil y le iniciaron un juicio por romper la cuarentena.

Luego de estos primeros 10 días, la cuarentena sigue extendiéndose a través de reiteradas conferencias presidenciales con sus famosas filminas. Estas exhibiciones de Fernández como profesor y padre que cuidaba a los ciudadanos frente al virus, se pueden deducir que continuaban debido al consenso y la aceptación que había de parte de la población frente a la medida de la cuarentena.

Una clara demostración de la popularidad que gozaba el Presidente en esta época es la portada que le dedicó la Revista Noticias donde aparecía como “Súper Alberto.” Asimismo, muchas encuestas de opinión pública le daban una imagen positiva de alrededor del 80%.

Sin embargo, esta situación una tarde se quebró. Esa tarde fue el día 8 de Junio del 2020 cuando intempestivamente el Presidente anunció la intervención y expropiación inconsulta de la empresa cerealera Grupo Vicentín. En una decisión equivocada y buscando contentar al kirchnerismo duro con la falacia de “terminar con la estafa macrista de Vicentín y lograr la soberanía alimentaria”, Alberto Fernández avanzaba contra la libertad y la propiedad privada y la ciudadanía no se lo perdonaría.

Desde ese entonces, comenzaron los reclamos ciudadanos a través de marchas y cacerolazos: gran parte de la sociedad comenzaba a despertar del letargo populista y autoritario justificado por la pandemia y a clamar por mayor libertad. Miles de personas autoconvocadas por las redes sociales como Twitter, reaccionaron al anuncio de la expropiación de Vicentín organizando marchas y cacerolazos en distintas ciudades a lo largo del país y obligaron al Gobierno a dar marcha atrás con esta nefasta medida. Esta dinámica continuó a lo largo del 2020 con marchas opositoras que fueron debilitando la imagen del

Gobierno y revalorizando la libertad. La más importante se dio el 17 de Agosto, un banderazo llamado 17A que llevó a paralizar la inoportuna reforma judicial, flexibilizar la cuarentena y a la reaparición del Presidente Mauricio Macri.

Los abusos de autoridad durante la pandemia no se limitaron a los escraches y acciones judiciales contra quienes no la acataban, sino que también sucedieron situaciones inaceptables e inhumanas. Uno de los casos más impactantes fue el de Solange Musse, la joven cordobesa que murió de cáncer sin poder despedirse de su padre a quien no dejaron entrar a la provincia por “los protocolos de la emergencia sanitaria.” Otro momento conmovedor fue cuando

Diego Jiménez debió cargar 5 kilómetros en sus brazos a su hija Abigail para ingresar a Santiago del Estero. Ella venía de realizarse un tratamiento oncológico en Tucumán y los funcionarios provinciales les impidieron ingresar en auto alegando que debían tener una autorización del comité de emergencia sanitaria. Asimismo, no debemos olvidar las prácticas autoritarias y abusivas del Gobierno de Formosa durante el 2020 y también el 2021 con el argumento de la supuesta prevención contra el COVID-19. Las medidas del gobierno formoseño como el confinamiento de personas en centros insalubres y hacinados han valido numerosas protestas ciudadanas en la provincia (cuya respuesta del gobernador fue la reprensión); y también la fuerte condena de organismos internacionales como el Human Rights Watch.

Otro quiebre similar al sucedido con Vicentín, surgió a principios del 2021 con el tema de las clases presenciales. Los chicos y sus padres estaban profundamente cansados de la virtualidad y recién en marzo del 2021, comenzaron a ver una “luz al final del túnel” con el regreso parcial a la presencialidad en CABA. Sin embargo, la aciaga noche del 15 de abril de ese año, tan solo un mes y medio después del regreso, el Presidente anunciaba que “los médicos se estaban relajando” y la suspensión de clases por 15 días. Por suerte, esta situación se pudo revertir gracias al esfuerzo de miles activistas por la libertad, entre ellos “Los Padres Organizados” y se logró que la Corte Suprema falle a favor de las clases presenciales. Pero, la fatalidad de esa noche ha quedado marcada en la memoria de millones de jóvenes y padres.

En el ámbito económico, durante la pandemia, el Gobierno llevó a cabo una política keyenesiana de emisión monetaria para efectuar la suba desmedida de gasto público que implicaron las políticas como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) durante los primeros meses de cuarentena.

A lo largo de este tiempo, los exégetas de la política económica del Gobierno como Emmanuel Álvarez Agis que en mayo del 2020 argumentaba en diversos medios que la emisión monetaria estaba reduciendo la inflación. Esta explicación no tenía en cuenta dos puntos centrales: la intertemporalidad de las medidas (los efectos de la emisión monetaria se ven durante 18 meses) y que la inflación en ese tiempo de cuarentena estaba levemente reducida debido a los niveles récord de bajo consumo. Sin embargo, actualmente, estamos viviendo los efectos de esa emisión monetaria desmedida (sumada a la del denominado “plan platita”) que llevó al dato de inflación récord conocido la semana pasada (6,7%, el más alto mensual desde 2002). Este dato desmonta totalmente los argumentos antiliberales como los de Álvarez Agis.

Por último, este artículo se propone incentivar la memoria ciudadana activa sobre las atrocidades cometidas por el Gobierno durante la pandemia a través de la delirante “cuarentena eterna.” No tenemos que dejar que vuelvan a acontecer hechos como el de la semana pasada cuando una mujer subió a un colectivo sin barbijo y la policía la obligó a retirarse, luego de un fuerte escrache de los demás pasajeros. A pesar de todo esto, a lo largo del mundo, se han revalorizado las ideas de la libertad y existen cuantiosos ejemplos de ello como la contundente victoria a mediados del 2021 de la Presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien había dado libertad para abrir sus comercios a los gastronómicos y a la hotelería, a pesar del atropello del Gobierno de Sánchez.

Y aquí en la Argentina, ese fenómeno está siendo arrollador con la derrota del Gobierno en las elecciones legislativas del 2021 en la mayoría de las provincias; sumado al dato esperanzador del 25% obtenido en CABA entre las listas liberales de Javier Milei y Ricardo López Murphy. Como conclusión, la pandemia se llevó miles de muertos y políticas autoritarias pero su fin parece traernos un futuro alejado de ese populismo.

(*) Mariano Bottaro, estudiante de Ciencias Sociales y Jurídicas (Colegio Esclavas) y miembro del Grupo Joven de Fundación Libertad.

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