Pareciera que algunos están concentrados; disputando un partido clave, como una final, pero algunos de los jugadores a veces solo tiran la pelota a la tribuna.

Muchos quizás compartieron las fotografías de la escultura de Andresito luciendo un gran barbijo. Pero otros no. Es discutible.

Lo cierto, es que se trata de una medida de gobierno que desentona con la gestión que se vio hasta el momento y, que, principalmente, está muy lejos de las prioridades de los ciudadanos, al menos de una importante cantidad de personas que la están peleando día a día.

Una gran porción de los misioneros atraviesan situaciones límites, desde lo económico hasta lo social, y seguramente hubiesen preferido ver al vicegobernador desempeñándose en otra tarea, acercando soluciones y no sacándose “selfies” al punto de casi ignorar las sugerencias sanitarias sobre las distancias que se debe mantener entre las personas.

Según Carlos Arce, se tomó la decisión para concientizar a la comunidad sobre la importancia de su uso frente a la pandemia.

Sin embargo, más allá de los posteos en las redes sociales, poco se verá ya que el monumento al Comandante se ubica sobre la costanera de Posadas, que en teoría, nadie puede transitar durante la cuarentena.

Pero además, se desplegó un amplio operativo de trabajo para su concreción. Se utilizaron grúas de EMSA, personal de Vialidad, trabajadores municipales y demás para ponerle el “tapabocas” al guerrero Guaraní.

“Fue una donación”, explican desde las esferas oficiales. Pero, sin embargo, muchos piensan que con esos recursos se hubiesen fabricado barbijos para la población o poner en marcha cualquier otra acción más cercana a la necesidad del vecino.

Es discutible, sin dudas, puede gustar o no, cada uno lo sabrá; pero lo que no se puede negar es, que, aún en un gobierno muy activo, hay quienes mantienen una prudente distancia con el virus y también con el ciudadano.

Eduardo Pérez para Misiones Cuatro