Política

Alberto se bajó de un acto en el conurbano tras la golpiza a Berni

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La Casa Rosada buscó encapsular el episodio en el que fue golpeado el ministro bonaerense, pero diversos funcionarios y ex funcionarios del Gobierno admiten que hay alarma ante lo sucedido. El antecedente de Rosario inquieta al gobierno nacional y al bonaerense.

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Alberto se bajó de un acto en el conurbano tras la golpiza a Berni

BUENOS AIRES. El presidente Alberto Fernández suspendió su participación en el único acto público que tenía en agenda este lunes por la tarde. Estaba planificado para las 18, en Ituzaingó, municipio de la zona Oeste del conurbano, a unos 20 kilómetros de Lomas del Mirador, el lugar en el que un grupo de colectiveros atacaron al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, tras el asesinato de un chofer de la línea 620.

Según publicó La Nación, en Casa Rosada enfatizaron que la suspensión fue por el pronóstico de lluvias y que el Presidente continuó con su agenda normalmente. Sin embargo, el acto se iba a realizar de todas maneras, más allá de las condiciones climáticas que señalaron en la sede de Gobierno.

Desde la Casa Rosada eligieron no manifestarse oficialmente tras los hechos. Señalaron que el Presidente habló con el ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, y que le pidió que siga lo sucedido. “Le pareció grave lo que le pasó a Berni”, afirmaron en el entorno del Presidente, sin sentar posición sobre la reacción de los trabajadores del volante, que expresan un hartazgo social que no se circunscribe únicamente a los episodios delictivos que sufren día tras día, los colectiveros del Conurbano.

Más allá del círculo de colaboradores más estrecho del Presidente, otras fuentes del Frente de Todos brindaron posiciones en estricto off-the-record, que dan cuenta de una enorme preocupación en el oficialismo, por la escalada de la violencia que pudo ser mucho más grave de lo que fue este lunes. Insisten en que el ataque a Berni no se puede leer como un acontecimiento singular, sino como un signo del desgarramiento del tejido social, en un contexto de profunda crisis económica y aumento de la criminalidad.

Según las fuentes del mencionado diario nacional, la sensación es similar a la que se vivió hace casi un mes, cuando desde las pantallas de los distintos despachos de Balcarce 50 vieron cómo en Rosario los familiares y amigos de Maximiliano Jerez, un nene de 12 años asesinado en medio de una balacera entre bandas narco, entraron a los golpes a la vivienda de un hombre sindicado como responsable de lo sucedido.

“La gente está actuando de ese modo porque todo lo que tiene para ofrecerle el Estado es insuficiente: la policía, la justicia, la contención social. El desgarro del tejido social es cada vez mayor. Decir que no es no haber un puesto un pie más allá de la General Paz”, se sinceró un hombre del oficialismo, que integra el Poder Ejecutivo y pertenece al kirchnerismo duro.

Mientras que otro funcionario con despacho en la Rosada, coincidió en que “subestimar o negar el problema no nos va a llevar a ningún buen lugar. Se le puede achacar alguna crítica a (Sergio) Berni por cómo o cuándo llegó o cómo irrumpió, pero la realidad es que la gente está muy caliente. La plata no le alcanza y no puede ni salir de la casa sin que le pase nada. Hay hartazgo y las respuestas no llegan”, completó ese funcionario, que evitó dar su nombre.

“Que le peguen a un ministro y de seguridad muestra la debilidad y la flaqueza de quienes deberían ser de las personas más seguras del país. Primero fue Rosario y ahora esto. Después qué”, se sinceró otro funcionario, que conoce a la perfección la realidad del conurbano bonaerense.

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