Solmoirago reveló que, durante el día del balotaje, las tendencias y datos de boca de urna favorecían a Javier Milei, pero la magnitud de la victoria resultó inesperada. “No nos esperábamos que fuera por el margen por el que terminó ganando”, admitió.

El politólogo destacó que la campaña del miedo y las advertencias no fueron suficientes para contrarrestar la voluntad de cambio que expresaron la mayoría de los argentinos. “La expresión del cambio fue más poderosa que cualquier otra circunstancia. El argentino se fue a votar esperando un cambio”, afirmó.

En cuanto a la composición del voto, Solmoirago señaló que la victoria de Milei fue trasversal en diferentes segmentos de la población, especialmente en los jóvenes de 16 a 35 años. “La voluntad de cambio era trasversal en los jóvenes sin importar el nivel educativo y el estrato social”, explicó.

Sobre los desafíos futuros, el politólogo destacó que la relación y el poder en la próxima etapa política dependerán en gran medida de los acuerdos con los gobernadores. “Milei necesita tejer ciertos acuerdos para llevar las reformas que prometió en campaña electoral”, señaló.

Solmoirago también hizo hincapié en la evolución del discurso de Milei a medida que asume mayores responsabilidades. “De la motosierra grande, a medida que se acerca y sabe que puede tener el poder, el discurso duro se va ablandando porque el cargo lo amerita”, comentó.

El politólogo cerró señalando que, a pesar de la sorpresa en los resultados, el porcentaje de participación fue prácticamente el mismo que en la primera vuelta el 22 de octubre.