BUENOS AIRES. La Cámara Federal de Casación Penal ordenó reducir la fianza impuesta al detenido empresario Lázaro Báez para hacer efectiva la excarcelación que le concedieron en una de las causas por presunto lavado de dinero en la que está procesado.
El máximo tribunal penal federal del país dispuso que el Tribunal Oral Federal 4 dicte una nueva resolución “con la debida celeridad”. Y que reduzca la fianza a 386 millones de pesos, cifra que pidió la fiscalía, según la resolución firmada este martes.
Según Télam, Báez fue excarcelado el 8 de julio pasado pero cuando se concrete esta medida seguirá en prisión domiciliaria. Es que ya tiene concedido este beneficio en otra causa penal por presunto lavado de activos.
La orden de los camaristas beneficiando al Zar K
Pese a que le otorgaron el beneficio, Báez sigue aún detenido en la cárcel de Ezeiza debido a la caución de 632 millones de pesos que le impuso el Tribunal Oral a cargo del juicio en su contra. Esa suma fue apelada por su defensa. El fiscal kirchnerista Abel Córdoba, también solicitó de reducirla a 386 millones de pesos. Pero el Tribunal rechazó la apelación.
Ahora, los camaristas Mariano Borinsky y Javier Carbajo hicieron lugar al recurso de la defensa del dueño de Austral Construcciones, el llamado “zar de la obra pública” en el sur del país, desde 2003 a 2013. Los camaristas revocaron la caución fijada por considerarla “arbitraria”.
En el fallo dispusieron que el Tribunal dicte una nueva resolución y fije el monto de la caución en la suma postulada por la fiscalía. Advirtieron que los jueces “no pueden extralimitarse” por sobre la postura de la parte acusadora.
Con este beneficio judicial, Báez, un ex empleado bancario y amigo personal de Néstor Kirchner, devenido en empresario multimillonario al calor de los contratos de obra pública, quedó muy cerca de recuperar su libertad. Resta saber qué ocurrirá con su hijo Martín Báez. Es quien aparece contando millones de dólares, pesos y euros, en los videos de las cámaras de seguridad del edificio donde estaba la financiera SGI, la llamada “Rosadita” de Puerto Madero.
