[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los santiagueños pidieron quedarse afuera, como la izquierda y el bloque de Sergio Massa. Crece la bronca en Cambiemos porque había un acuerdo tácito para el incremento del 133% solicitado por los bloques de la UCR, PRO, Frente para la Victoria y el Movimiento Evita, entre otros.[/vc_column_text][vc_media_grid element_width=”6″ grid_id=”vc_gid:1497195598205-6d012355-1055-1″ include=”110439,80095″][vc_column_text]CAPITAL FEDERAL. Los diputados del Frente Cívico de Santiago del Estero renunciaron también al aumento del 133% de los gastos extras, dispuesto el miércoles por el presidente de la Cámara baja del Congreso de la Nación, Emilio Monzó (UCR) tras un pedido de la mayoría de los bloques políticos.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) fue el primero en enviar una nota formal para excluirse del beneficio, le siguió el Frente Renovador de Sergio Massa, que además pidió eliminarlo con un proyecto de resolución junto a Diego Bossio, quien preside el bloque Justicialistas. Y este viernes llegó a la secretaría general otra carta para quitarle el incremento a los seis santiagueños, firmada por el jefe de la bancada Cristian Oliva.

La polémica medida consiste en engrosar los gastos de representación y del monto destinado a los pasajes, que estaban congelados desde 2011 y ahora completarán una dieta de 135 mil pesos. Los diputados que residan a más de 100 kilómetros perciben además 18 mil pesos por desarraigo.

Pero quienes viven cerca del Congreso aprovechan más que el resto la posibilidad de canjear por dinero los tramos aéreos y terrestres, por un monto que ahora alcanzará los 40 mil pesos y que en otras épocas llegó a representar un sobresueldo del 30%.

El porcentaje fue cayendo al quedar congelado el valor de los tramos, que hasta el martes sólo significaban 19.300 pesos. La resolución de Monzó lo subió de 670 a 1350 pesos para los aéreos y 295 a 650 para los terrestres, aún muy por debajo de los precios de mercado.

 

Esa diferencia provoca una situación insólita para la administración de turno: si en vez de canjear los pasajes por dinero los diputados los usan o los venden, el costo para la Cámara es mayor porque Aerolíneas Argentinas  y las compañías de ómnibus cobran la diferencia.

Es así que por los 19.300 pesos que figuraban como gasto en pasajes hasta el miércoles llegaban a pagarse hasta 60 mil. Monzó explicó hasta el hartazgo que su decisión no es más que para blanquear ese gasto, pero evitó una nueva polémica.

Porque tampoco abundan patriotas que canjeen los tickets y donen el dinero. Fuentes de Cambiemos señalaron que uno de los dirigentes que más se queja por los gastos, cambió pasajes no usados por un monto cercano al medio millón. O sea, no usó ninguno y se quedó con la plata. “Es que no los necesita: viaja en avión privado”, bromeaban, aún con algo de furia.

Monzó sí está eliminando progresivamente los vouchers de pasajes para reemplazarlos por un sistema online, que registre el uso de cada legislador. Y ante la presión de la opinión pública realizó un análisis comparativo con otros lugares del mundo que lo dejó más desconcertado, porque Argentina no tiene un gasto tan elevado en su parlamento nacional como se supone.

“La dieta tampoco es superlativa: alcanza los 5600 dólares, cuando en Chile supera 12 mil y en cualquier país de la región no es menos de 6000. Y la diferencia con el salario mínimo es de 11 veces, la menor por lejos de Latinoamérica”, cuentan en indignados en el oficialismo.

Lo cierto es que en el presente contexto económico, dietas legislativas en torno a los 153 mil pesos en bruto, si se suma gastos de representación, viajes y desarraigo, cayeron muy mal en la opinión pública, sobre todo por el consenso que tuvo en fuerzas políticas tan dispares como el FpV, el Movimiento Evita y la Coalición Cívica.

(Fuente: Lapoliticaonline)[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]