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Desde 2008, cayó la creación de empleo y se agravó la pobreza estructural en Argentina, advierten

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Según el investigador de la UCA, Eduardo Donza, la pobreza estructural que el país arrastra desde hace décadas, se agravó por la pandemia y por la inflación. Además de que sólo 1 de cada 4 chicos se alimentan todos los días, el 70% de la población tiene algún derecho elemental vulnerado.

Desde 2008, cayó la creación de empleo y se agravó la pobreza estructural en Argentina, advierten

POSADAS. El sociólogo de la Universidad Católica Argentina Eduardo Donza, confirmó que de acuerdo con las estimaciones que surgen de la campaña de donación anual de Cáritas, sólo el 25% de los niños, niñas y adolescentes del país se alimentan todos los días, y subrayó que el país arrastra un problema de falta de generación de empleo de calidad y aumento de la pobreza estructural desde 2008, el cual se agravó por la pandemia, la cuarentena y la inflación.

En diálogo con MisionesCuatro, Donza aclaró que el dato difundido, que señala que sólo 1 de cada 4 niños argentinos se alimenta a diario corresponde a una estimación de la campaña de Cáritas, y no a la medición anual que hace el Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

La pobreza estructural agravada por la cuarentena y la inflación

“Marca un poco lo que fue el agravamiento de la calidad de vida en Argentina, específicamente en los niños, niñas y adolescentes (n/n/a). Ya veníamos de una situación estructural compleja, tanto en el mercado de trabajo como en la estructura productiva. Ese es el origen de todos los problemas, cómo en Argentina no podemos generar más riquezas, mayores actividades y mayor producción”, puntualizó Donza, en contacto con este medio.

“Eso repercute en el mercado de trabajo con un empleo precario y con bajos salarios. Por supuesto, esto afecta a la calidad de vida de las familias. Esa cuestión es estructural desde hace décadas”, completó el sociólogo que trabaja en la UCA.

Sin embargo, Donza explicó que los problemas de la pobreza estructural, se agravaron por los “efectos de la pandemia y la cuarentena necesaria, que golpeó en todos los países. Y de ahí el incremento del 44% de la pobreza. Pero cuando uno toma los menores de 18 años, la pobreza se eleva al 64%”, subrayó el investigador.

“Y otro factor muy importante es la inflación muy alta. Cómo los ingresos de la familia se van carcomiendo muy rápidamente. Esos factores agravaron la situación estructuralmente compleja del país”, recalcó Donza, quien insistió en que “los planes sociales amortiguan mucho la pobreza en sí.”

De acuerdo con Donza, sin “las transferencias no contributivas del Estado, ese nivel de pobreza, exceptuando jubilados, hubiera aumentado al 53%. Y la indigencia a casi un 28%. Lo que hacen los planes es atenuar (la pobreza). Pero son parches para pasar una emergencia”, aclaró el investigador.

La importancia de generar empleo genuino y cuándo empezó la debacle

“Para salir de la pobreza es imprescindible que mejore el marcado de trabajo”, enfatizó Donza, quien brindó un dato poco conocido sobre los desempleados en Argentina. “Hasta en los hogares indigentes, la mitad de los ingresos sigue proviniendo del mercado de trabajo”, informó el sociólogo.

“Hay una creencia de que gran parte de la población vive de las transferencias del Estado (planes sociales, subsidios, etc.) Y esto no es así. En Argentina no hay un Estado fuerte”, advirtió Donza, para quien, “si no mejora la situación del mercado de trabajo y para eso debe mejorar la estructura productiva, no vamos a salir de la pobreza”.

En esta línea, Donza insistió en que “cuando salimos de la crisis del 2001, se dieron mejoras muy importantes en la calidad de vida de las personas y en la estructura productiva. Pero esto duró hasta el 2008 – 2009. Ahí se estancaron, cayó mucho la creación de empleo de calidad y después empezamos con fluctuaciones (económicas)”, analizó.

Asimismo, Donza puso de relieve que la pobreza posee varias dimensiones, no sólo la económica. “Nosotros (en la UCA) también analizamos la calidad de vida de los hogares, lo que es la calidad de la vivienda, los servicios, sobre todo la conexión a la cloaca y el agua potable. Y las prestaciones de salud, la parte educativa, la asistencia de los menores a establecimientos educativos. También el sistema de seguridad social”, indicó el sociólogo y brindó un dato preocupante: “Cuando analizamos los datos más adversos, con 3 carencias o más, tenemos el 33% de la población, y con uno de estos derechos vulnerados, tenemos al 70%”.

La necesidad de aumentar el PBI y desarrollar economías regionales

Según Donza, para salir de la pobreza estructural debe dársele “participación al sector privado y posibilitando las inversiones. Es un problema muy serio del país, que carecemos de inversiones genuinas”, dijo el investigador, añadiendo que debe discutirse también con sindicatos y con los propios trabajadores.

Para Donza es crucial, “ver si podemos aumentar la riqueza (del país) y agrandamos la torta (el PBI) Si solo cortamos diferente las porciones de una torta cada vez más chica, vamos a seguir en problemas”, puntualizó el sociólogo, apelando a esta analogía de la torta para hablar del conjunto de bienes que genera un país y se reparte entre sus pobladores.

Sobre el final de la entrevista Donza confirmó también que históricamente, las poblaciones del NEA y NOA son las más castigadas por la pobreza. Pero también los bolsones de pobrezas en grandes conglomerados urbanos. Por ello, según Donza “es importante desarrollar las economías regionales”.

“Muchas familias se ven obligadas a migrar a las grandes ciudades, donde pueden estar más cerca de hospitales escuelas y de la posibilidad de hacer changas”, sostuvo Donza sobre el problema del incremento de los cinturones de pobreza en las grandes urbes del país.

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