BUENOS AIRES. Alberto Fernández dejó la campaña minimalista y de cercanía con libreta en mano y se pegó un baño de peronismo clásico en la cancha de Chicago ante 40 mil personas para relanzar la campaña luego de la derrota aplastante en las primarias. Poco importó que en el acto, se violara flagrantemente las normas que limitan la cantidad de personas en eventos y espacios cerrados, según un aforo máximo, que en ese estadio sería de unas 6 mil personas.
El acto lo organizó el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, que se habían quedado con las ganas de hacerle su propio 17 de octubre al presidente cuando quedó en jaque por la presión de Cristina Kirchner, las renuncias masivas de funcionarios kirchneristas, que obligó al mandatario a cambiar su gabinete.
Pero, además, del concurrido acto participan organizaciones sociales como Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie, Octubres, Organización 25 de Mayo, CTD Aníbal Verón y Corriente Nuestra Patria.
En ese contexto, el Secretario de la Economía Social –área que depende del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación– pidió 20 años de gobiernos peronistas ininterrumpidos. “Esta democracia de la alternancia no camina”, dijo el piquetero, que además es funcionario del ministerio de Desarrollo Social.
Reclamo de Pérsico a Máximo Kirchner
Según informó LPO, el evento se tituló “Por la unidad y la victoria” y tuvo sus matices: estuvo Máximo Kirchner, el creador de “La Cámpora”, históricamente enfrentada al movimiento de Pérsico, que lanzó guiños a Cristina. E incluso insinuó que la reelección de Alberto no es la única alternativa.
“Necesitamos que Alberto siga 8 años y si no que le entregue la cinta a otro compañero”, fue la definición más fuerte del líder del Evita. Además, pidió que el oficialismo cierre la campaña en un acto con 200 mil personas.
“Máximo, la quiero ahí a Cristina”, le dijo Pérsico al hijo de la vicepresidenta, que estaba arriba del escenario y habló luego de él. El jefe de bloque de Diputados hizo gestos de distensión con Alberto tras la crisis de la coalición de gobierno.
“Le tocó al presidente Alberto Fernández hacerse cargo del destino de la patria por voluntad de su pueblo, y 99 días después la pandemia obligaba a la Argentina a tomar decisiones drásticas, incómodas, a veces antipáticas. Pero también inevitables”, dijo Máximo.
Alberto agitó la grieta y pidió la epopeya
El último orador fue Alberto, que dijo que “lo que nos comprometimos en el 2019 lo vamos a hacer”. “Mientras ellos sonreían en Miami, yo sigo acá peleando con el FMI, porque el año próximo 19.000 millones dólares vencen 19.000 millones de dólares que condicionan nuestro crecimiento y el desarrollo”, dijo en referencia a Mauricio Macri y Nicolás Dujovne, que esta semana fueron fotografiados en la ciudad estadounidense.
“A cada compañero y compañera eso les pido. Por favor, con más fuerza que nunca, salgamos a poner de pie la Argentina. Convoquemos a nuestros vecinos a hacer la epopeya de que de una vez por todas hagamos de nuestra patria el país que nos merecemos”, dijo el presidente.
“Quiero cambiar planes por empleo”, dijo Alberto en referencia al proyecto de Sergio Massa que será enviado en las próximas horas al Congreso. En los discursos que lo precedieron, los referentes de los movimientos sociales pusieron la lupa en ese proyecto, que les podría quitar el control de la asistencia social.
“Queremos que nos dejen opinar”, sentenció el Chino Navarro, dejando en evidencia un motivo de conflicto en el oficialismo, por el manejo de la asistencia social, que actualmente recae en las organizaciones sociales, y en particular, en el Evita, que forma parte del gobierno a través de Pérsico y otros funcionarios.