[vc_row][vc_column][vc_column_text]Un informe elaborado por el Ministerio de Energía de la Nación toma como cifra el número de 1.000 clientes, comparándolo con la cantidad de personal de las firmas que generan y distribuyen el vital servicio en todo el país.[/vc_column_text][vc_single_image image=”86297″ img_size=”full” alignment=”center” title=”Imagen ilustrativa”][vc_column_text]Electricidad Misiones Sociedad Anónima (Emsa), gasta 8,7% de sus ingresos en el pago de sueldos a sus empleados -no se sabe con certeza a cuánto ascienden, ni tampoco los nuevos vigentes- comparando con 1.000 clientes que en toda la provincia, reciben este servicio actualmente en malas condiciones, como que vastos sectores registran prolongados cortes de luz.
Y como si ello fuera poco, la firma estatal misionera requiere subsidios de parte del Tesoro provincial (algo así como 400 millones de pesos), lo que significa que pierde más de un millón por día.
Antecedentes. En rigor, nunca se supo bien el manejo financiero de Emsa, la que comenzó a operar con aportes estatales y vecinales hace medio siglo. Tiene carácter de ente autártiqco al igual que el Iprodha y el Iplyc, por lo que está fuera de los controles oficiales, sea Tribunal de Cuentas, Contaduría General, STJ, Fiscalía de Estado, entre otras.
Desde sus inicios, las auditorías estuvieron a cargo de estudios contables extra provinciales (vinculadas con el Sindicato de Luz y Fuerza presidido por julio Héctor “Cachilo” Rodríguez, informes pocos difundidos o directamente ignorados. En el verano de 2016, cuando bajo la presidencia del ingeniero forestal Sergio “Pity” Ferreyra se aplicó un fuerte tarifazo rechazado por la mayoría de usuarios. el nuevo Gobierno kirchnerista encabezado por Hugo Passalacqua, llamó al Consejo Profesional de Ciencias Económicas para llevar a cabo un concurso entre estudios misioneros, que solo fiscalizarían gastos y recursos “para adelante”, medida rara que poco y nada aclara la problemática financiera de Emsa que hoy persiste y se agrava.
[/vc_column_text][vc_single_image image=”86296″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Indicadores. De pronto, datos proporcionados desde la Nación, indican que -por lejos- la empresa del sector que más eroga en concepto de salarios es Emsa, liderando el triste ranking con el 8,7% cada 1.000 clientes. Le siguen Dpec de Córdoba con el 6,1,%; Secheep (Chaco) con 3,6 y Refsa de Formosa, con el 3,4% de los abonados.
En cambio, la que mejor funciona es Edelar de La Rioja, cuyos operarios perciben solo el 0,7% de los ingresos por venta de energía en tanto Edet de Tucumán el 0,8% y Edea de Mar del Plata, el 1,5%.
En rigor, el fluido que reciben las industrias, establecimientos públicos, hogares misioneros, colgados, proviene en su mayoría del Sistema Argentino de Interconexión (Sadi), a través de la Compañía Administradora del Mercado Mayoritario Eléctrico (Camessa) que cobre el precio del kilowat entregado al precio del mercado “spot”, el que varía cada hora, mientras el 18% proviene de la producción de la represa Urugua-í absolutamente gratis por ser una usina que utiliza recurso renovable: el agua del arroyo misionero más caudaloso y largo.
En su momento, también se importaba del Paraguay a través de líneas de alta tensión que cruzan a la altura de Eldorado, operación suspendida ya que la nación vecina suspendió los envíos por no poder cobrar deudas pendientes de larga data.[/vc_column_text][vc_facebook][vc_tweetmeme][vc_column_text]sb[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
