Política

Margaret Atwood a Michetti: “Forzar partos es esclavitud”

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En una extensa carta, la escritora canadiense consideró que penalizar el aborto “es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso”.

Margaret Atwood a Michetti: “Forzar partos es esclavitud”

[vc_row][vc_column][vc_column_text]En una extensa carta, la escritora canadiense consideró que penalizar el aborto “es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso”.[/vc_column_text][vc_single_image image=”186027″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]La escritora canadiense Margaret Atwood volvió a manifestar su postura sobre la legalización del aborto en la Argentina, luego de haberse cruzado con la vicepresidenta Gabriela Michetti. Esta vez, escribió una carta a la que tituló “¿Un Estado esclavista?” donde reclamó que las mujeres son quienes deben elegir si ser madres o no.

“Las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas, porque el Estado reclama como propiedad a sus cuerpos y al derecho a dictar el uso al que deben someterse sus cuerpos”, escribió la autora de la novela “El Cuento de la Criada”. Y argumentó sus dichos: “Si se elige tener un bebé, eso es, por supuesto, un asunto diferente. El bebé es un regalo, dado por la vida misma. Pero para ser un regalo, debe ser dado libremente y libremente recibido. Un regalo también puede ser rechazado. Un regalo que no puede ser rechazado no es un regalo, sino un síntoma de tiranía”.

La carta fue enviada al diario Uno de Santa Fe, que le consultó a Atwood por las declaraciones de Michetti, quien dijo que la capacidad de gestar de las mujeres es “un don extraordinario que la vida nos dio”, y que “si no te da para criarlo (al bebé), porque en ese momento te sentís que no podés y estás limitada totalmente por eso, bueno, entonces lo podrás dar en adopción y alegrarás a otra familia”.

El intercambio entre la escritora y la presidenta del Senado había comenzado cuando la canadiense tuiteó desde su cuenta: “Vicepresidenta de Argentina Gabriela Michetti: no aparte la mirada de las miles de muertes que hay cada año por abortos ilegales. Dele a las mujeres argentinas el derecho a elegir”. La respuesta de Michetti fue que si bien conocía a la escritora, no había leído su obra y que en su experiencia “de más de 30 años de trabajo social, las mujeres de menos ingresos son las que más hijos quieren tener y además es como una cosa de empoderamiento tener hijos, ser madres”.

El diario Uno de Santa Fe consultó a Atwood sobre estas declaraciones de Michetti y la escritora respondió enviando – en inglés – su carta pública, fuerte desde sus primeras líneas: “A nadie le gusta el aborto, incluso cuando es seguro y legal. No es lo que ninguna mujer elegiría para festejar un sábado por la noche. Pero a nadie le gusta tampoco mujeres sangrando hasta la muerte en un baño por un aborto ilegal. ¿Qué hacer?”.

Al final de su misiva, Atwood aseguró que “nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto. Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso”.[/vc_column_text][vc_single_image image=”186026″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]

El texto completo

¿Un estado esclavista?

“A nadie le gusta el aborto, incluso cuando es seguro y legal. No es lo que ninguna mujer elegiría para festejar un sábado por la noche. Pero a nadie le gusta tampoco mujeres sangrando hasta la muerte en un baño por un aborto ilegal. ¿Qué hacer?

A lo mejor una manera diferente de acercarse a la respuesta sería preguntar, ¿en qué clase de país querés vivir? ¿En uno en el que cada individuo es libre de tomar decisiones concernientes a la salud y el cuerpo de ella o él, o en uno en el que la mitad de la población es libre y la otra mitad es esclavizada?

Las mujeres que no pueden tomar la decisión sobre si tener o no bebés son esclavas, porque el Estado reclama como propiedad a sus cuerpos y al derecho a dictar el uso al que deben someterse sus cuerpos. La única circunstancia similar para los hombres es el reclutamiento en el ejército. En ambos casos existe riesgo para la vida del individuo, pero un conscripto del ejército por lo menos está provisto de comida, ropa y alojamiento. ¡Incluso los criminales en las prisiones tienen derecho a esas cosas! Si el Estado exige el parto forzado, ¿por qué no debería pagar la atención prenatal, el parto mismo, la atención postnatal y, -para los bebés que no se venden a las familias más ricas-, el costo de criar al niño?

Y si el Estado está tan interesado en los bebés, ¿por qué no honrar a las mujeres que tienen más bebés respetándolas y sacándolas de la pobreza? Si las mujeres prestan un servicio necesario al Estado -aunque en contra de su voluntad- seguramente se les debería pagar por su trabajo. Si el objetivo es más bebés, estoy segura de que muchas mujeres se resignarían a la tarea si se las recompensara adecuadamente. De lo contrario, se inclinan por seguir la ley natural: los mamíferos placentarios abortarán ante la escasez de recursos.

Pero dudo que el Estado esté dispuesto a brindar los recursos necesarios. En cambio, solo quiere reforzar el truco barato habitual: obligar a las mujeres a tener bebés y luego hacer que paguen. Y que paguen. Y que paguen. Como dije, esclavitud.

Si se elige tener un bebé, eso es, por supuesto, un asunto diferente. El bebé es un regalo, dado por la vida misma. Pero para ser un regalo, debe ser dado libremente y libremente recibido. Un regalo también puede ser rechazado. Un regalo que no puede ser rechazado no es un regalo, sino un síntoma de tiranía.

Decimos que las mujeres «dan a luz». Y las madres que han elegido ser madres sí dan a luz y lo sienten como un regalo. Pero si no han elegido, el nacimiento no es un regalo que ellas dan; es una extorsión contra sus voluntades.

Nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto. Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso?”.

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La Nación / vm.

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