En sus declaraciones, Amarilla manifestó su descontento ante la difícil situación económica que atraviesan los usuarios y calificó el aumento como un golpe excesivo al bolsillo. Señaló que, desde marzo en adelante, experimentaron numerosos aumentos mientras el servicio sigue siendo paupérrimo y deficiente.

La vocera denunció que, según lo que conocen, el último aumento debería haberse aplicado después de una Audiencia Pública que legitima la suba, y expresó su desconfianza en el sistema actual, argumentando que siempre se inclina a favor de los empresarios.

Amarilla también destacó que, abruptamente, sufrieron el recorte de frecuencias bajo la excusa de la finalización del período escolar, sin haber experimentado mejoras en el servicio ni en la frecuencia a lo largo del año. Criticó la falta de comprensión de las autoridades respecto a las necesidades de los usuarios y acusó a los funcionarios de no interesarse por el transporte urbano.

En cuanto a los reclamos presentados por escrito, Amarilla lamentó que, a pesar de haber presentado “500 mil notas”, nunca fueron convocados para discutir sus inquietudes. Además, desalentó la participación en futuras Audiencias Públicas, describiéndolas como meras “catarsis” donde se exponen los problemas conocidos y se legitima el aumento del boleto.

La vocera hizo un llamado a tomar medidas más contundentes que afecten a los empresarios, ya que considera que los usuarios nunca serán escuchados de otra manera. Enfatizó la dependencia de los usuarios del sistema y denunció la falta de respuesta ante problemas como la imposibilidad de cargar la tarjeta SUBE en determinadas áreas.