Posadas

Chiperos y vendedores ambulantes de frutas, en jaque por la inflación

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Daniel Ortiz, un vendedor de chipa, reveló que sus ventas cayeron a un 50% entre 2019 y 2022, mientras que Ramona Cabral, que tiene un puesto de frutas, insistió en que sólo obtienen ganancias para el día, porque “la gente prioriza otras cosas”.

Chiperos y vendedores ambulantes de frutas, en jaque por la inflación

POSADAS. La inflación de alimentos llevó a la crisis a los comerciantes ambulantes de la capital misionera, según se deduce de lo que mencionan los propios trabajadores respecto de su situación presente y su pasado antes de la pandemia.

El Móvil de MisionesCuatro dialogó con varios vendedores ambulantes y los que se dedican a alimentos, admitieron que el volumen de ventas cayó drásticamente y ahora, la actividad apenas les permite la subsistencia. Siempre teniendo en cuenta el contexto de informalidad en el que desarrollan su actividad.

Daniel Ortiz, un vendedor ambulante de chipa, consideró: “Hay que aguantarle nomás, con el tema de la pandemia cambió todo, hay que estar nomás”, remarcó. Según admitió, el precio volvió a aumentar: “la chipa ahora está $120, aumentó hace una semana”.

“Tenemos menos clientes, cambió todo. Antes de la pandemia vendía 200 chipas por día y ahora no llego a las 100”, reveló el chipero. “Y estoy desde las 8 a las 12 hs.”, añadió. “Se saca para salvar el día, sólo para comer”, sostuvo.

Por su parte, Ramona Cabral, una vendedora ambulante de verduras y frutas, coincidió en lo que refiere a la caída en las ventas y ganancias. “Ahora, que está venta del Black (NdR, se refiere al Black Friday, festival de ofertas en Posadas, del 4 al 7 de Agosto), está viniendo más gente. Pero escasea la plata y la gente compra lo justo y necesario”, acotó.

“Necesitamos que la gente venga a comprarnos, ¿verdad? Pero con la necesidad que hay, priorizan otras cosas”, se lamentó Cabral. Y señaló: “Antes se vendía mucho más, ahora es muy poco”.

Por otra parte, en su zona, habrían aumentado las personas en situación de calle, lo que impacta negativamente en sus ventas. “A veces la gente tiene miedo para pasar a estos lados, como hay personas (en situación de calle) y todo eso, a uno le afecta”, dijo.

Cabral trabaja con su puesto de 7 a 13 hs. en la zona de Bolívar y Colón, en el microcentro posadeño. “Se gana para el día, para pagar cuentitas, alcanza para eso nomás”, concluyó.

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