En medio del acampe multisectorial en la avenida Uruguay, donde docentes misioneros se manifiestan por mejores condiciones laborales, Misionescuatro tuvo la oportunidad de hablar con Natalia, una destacada maestra de educación especial. Sus palabras, cargadas de emoción y dolor, ofrecen una mirada cruda sobre la situación que enfrentan los educadores en la provincia.

“El Gobierno está ausente”, fueron las palabras iniciales de Natalia, quien reveló que lleva 12 años ejerciendo la docencia en educación especial. Con su voz quebrada por la emoción, compartió detalles sobre su vida personal: “Tengo una familia, mi marido es policía y estamos en esto juntos”.

La realidad financiera que enfrenta Natalia y su familia es desgarradora. “Cada vez tachamos más cosas de la lista de lo que compramos y lo que no”, expresó. “Me parte el alma ver cómo estamos luchando día a día”, agregó entre lágrimas.

A pesar de las dificultades, Natalia muestra una determinación inquebrantable: “Voy a seguir con las colegas luchando por más que nos sigan amedrentando y hostigando”. Además, reveló que continúa su formación académica: “Sigo estudiando. Me falta una materia para recibirme de licenciada”.

El relato de Natalia adquiere una dimensión aún más angustiante al revelar las dificultades de salud que enfrenta. “Tengo un niño en condiciones, tenemos tratamientos que pagar al contado y peso por peso”, compartió. “No es justo. Esto no se aguanta más”, exclamó.

La falta de cobertura médica también es un problema grave para Natalia. “La obra social del IPS no me cubre”, lamentó. “Tengo que tener 50 mil pesos por remedio”, añadió.

La situación se agrava cuando se trata de tratamientos médicos, ya que Natalia ha tenido que suspenderlos debido a problemas económicos. “Tengo lumbalgia y dolores, y desde febrero corté los tratamientos”, reveló. “Junté peso a peso para hacerme la resonancia”, agregó.