La gravedad de la situación se hizo aún más evidente cuando Ludmila relató: “Ayer nos comunicaron que hay unas cinco compañeras en situación de intoxicación en emergencias”. Los estudiantes luchan por mejores condiciones de vida en el Campus universitario desde hace más de un año, haciendo reclamos a través de notas y llevando a cabo diversas intervenciones.

Gastón Gohringer, estudiante de Historia en la UNaM, también expresó su preocupación sobre la falta de condiciones básicas. “Abrís la canilla y el agua sale con tierra”, describió. La situación no se limita solo a problemas de agua, ya que la falta de infraestructura adecuada también afecta la conectividad. “Otro reclamo que tenemos es por la falta de wifi. Nos ofrecieron computadoras, pero necesitamos wifi”, señaló.

Por su parte, Fernández detalló las precarias condiciones de las viviendas estudiantiles: “Falta pintar las casas, hace unos 30 años que no se pinta. Arreglo de cañerías, instalaciones de luz. Hay riesgo de electrocución, las duchas eléctricas no se cambian, los cables están pelados y la situación es remendarlo con cinta”. La indignación entre los estudiantes crece, especialmente después de que el Secretario de Asuntos Estudiantiles presentara un programa para sortear el arreglo de las casas, lo que, según ellos, se percibe como un gesto de beneficencia en lugar de una solución real.

“Queremos que se hable de verdaderas políticas universitarias”, expresó Fernández. Ella enfatiza que la universidad tiene recursos y la capacidad de implementar mejoras sustanciales en la infraestructura. Con alrededor de 55 casas en el Campus, solo unas pocas están en buenas condiciones, mientras que las demás presentan problemas de hacinamiento y falta de mantenimiento. “Vamos a plantear las cuestiones porque creemos que la situación necesita una solución inmediata”, añade Gohringer.