POSADAS. Para el empresario Juan Carlos Milanese, dueño de una PyME dedicada a la venta de repuestos de automotor, está habiendo una alta demanda, pero con elevados aumentos y faltante de autopartes en Posadas. Este fenómeno coexistiría con una caída en las ventas producto de los elevados precios, especialmente, en los repuestos importados, que están subiendo entre un 15 y 20% mensual, lo que va a incidir en el estado del parque automotor posadeño.

“La demanda es importante, pero está faltando la mercadería y los valores se fueron muy arriba. Los aumentos han sido considerables”, dijo Milanese a MisionesCuatro este miércoles. En esta línea, el empresario Pyme remarcó que los aumentos impactan a sobremanera en los “repuestos importados, todo lo que es la línea de frenos. Las pastillas de frenos, son muy difíciles de conseguir”, añadió.

Consultado por el móvil de MisionesCuatro, Milanese sostuvo que los incrementos se deben a “los desastres que tenemos en el país” y las diferentes cotizaciones “de dólares que tenemos”, por el cepo cambiario y los mercados paralelos de la moneda norteamericana.

“En el corto plazo vamos a tener un parque bastante venido a menos”

De acuerdo con Milanese, los problemas por los abultados incrementos de precios empeoraron a partir de mediados del año pasado, vale decir, para la época en que el Ministro de Economía Martín Guzmán, renunció a su cargo. “Antes de fin de mes te aumentan un 8 o 10 por ciento y después otro 8, 10 o 15 por ciento a principio de mes. Es acumulativo, en 3 o 4 meses estás por arriba del 50 por ciento”, precisó el comerciante.

En ese marco, los propietarios de automóviles, “buscan alternativas de usar pastillas más económicas, rectificado del disco o lo dejamos como está. Y eso hace al deterioro del auto. En el corto plazo vamos a tener un parque (automotor) bastante venido a menos. Se hace difícil”, analizó Milanese.

Por último, Milanese admitió que estas condiciones ponen en jaque a la actividad de las casas de repuestos, e inclusive a los puestos de trabajo, pese a que los salarios son bajos. “Lo que gana un empleado no sirve ni siquiera para solventar una canasta básica, pero a las empresas nos cuesta llegar a eso. La carga impositiva es demasiado pesada y nos cuesta”, remató.