[vc_row][vc_column][vc_column_text]Se trata de un docente de informática que enseña en el colegio católico “Santa María” de la ciudad de Posadas. Las acusaciones incluyen “juegos” denigrantes para los estudiantes, como parte de sus clases.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”103110″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]El Santa María es uno de los colegios católicos de elite al que acuden miles de estudiantes de la ciudad de Posadas para formarse en el nivel primario y secundario. Está situado en la calle Buenos Aires, entre San Martín y Bolívar, ocupando casi la totalidad de esa céntrica manzana.

La prestigiosa escuela privada está ahora en el centro de un escándalo por tener entre sus docentes a un profesor de informática acusado de ejercer abuso de poder hacia sus alumnos de séptimo grado.

Una niña de ese curso tuvo la valentía de romper el silencio la semana pasada, se negó a participar de los extraños juegos que el docente proponía en su clase y le contó a sus padres acerca de la situación. Su declaración logró que otros compañeros también expresen los malos momentos que el profesor los obligaba a vivir en su cátedra.

Los estudiantes revelaron que el maestro de computación ponía como consigna un juego llamado “verdad o reto”, que consistía en que el alumnado tenía que besarse entre sí, lamer el pizarrón o el piso.

Además indicaron que el docente intentó manipular psicológicamente a la niña frente a sus compañeros de aula para evitar que lo denuncie ante las autoridades educativas, diciéndole que si lo hacía él dejaría de “ser bueno” con ese curso y aplicaría sanciones ante cualquier error estudiantil.

Los testimonios recorrieron el fin de semana las redes sociales tras las publicaciones que realizaron familiares de las víctimas de este abuso de autoridad por parte del profesor. Si bien las denuncias en internet fueron realizadas con nombres y apellidos, es necesario seguir una serie de medidas y normas para garantizar la protección de los menores, por lo cual sus identidades serán resguardas por este medio.

A su vez, los padres de los alumnos afectados señalaron que la cúpula escolar ya fue puesta al tanto de la conducta que siguió el docente contratado por la institución, reclamando que sea apartado de inmediato de su cargo y se investiguen las graves faltas cometidas hacia el estudiantado.

Cabe destacar que los maestros tienen el deber de enseñar, respetar, escuchar, fomentar la igualdad entre su alumnado y ayudar en su camino. Con ese objetivo, tienen libertades para elegir los métodos y recursos para utilizar en el aula. Sin embargo, esto jamás les otorga derecho a usar su poder para obligar a los estudiantes a realizar alguna acción que no desean. En caso de hacerlo, están cometiendo claramente un abuso de poder o de autoridad hacia los menores.

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