En relación al alumbrado público, De los Santos comentó: “A veces prende el alumbrado, pero la gente se queja”, señalando que la inconsistencia en la iluminación ha sido motivo de insatisfacción entre los vecinos.

De los Santos, siendo una persona mayor, también abordó el tema desde su perspectiva personal: “Yo no salgo tanto a la noche porque somos personas mayores”.

La queja recurrente sobre el funcionamiento del alumbrado público no es algo nuevo en la comunidad. De los Santos comentó: “Siempre hay quejas del alumbrado, de que no funciona”, lo que sugiere una frustración generalizada por la falta de solución a este problema.

Sin embargo, las preocupaciones de los residentes no se limitan solo al alumbrado. De los Santos mencionó un problema de seguridad más grave: “De día entran en las casas ajenas”.

La sensación de inseguridad llevó a medidas extremas, como lo expresó De los Santos: “Nos encerramos todos los días por temor”. “Ponemos candado en el portón”, agregó.

Aunque la policía realiza patrullajes en la zona, como mencionó la vecina, la comunidad todavía enfrenta desafíos en términos de seguridad y tranquilidad. Los residentes se ven afectados por la falta de iluminación nocturna y la vulnerabilidad de sus propiedades.