“La vez pasada que llovió nos inundamos todo. Está todo tapado y no hay desagüe. Se inunda todo”, lamentó Claudia Da Silva, haciendo referencia a las consecuencias devastadoras que las zanjas abiertas provocan durante los períodos de lluvia.

La situación de las zanjas sin entubar no es nueva para los residentes de Campo las Dolores, ya que vienen lidiando con este problema por más de 30 años. A pesar de las promesas realizadas por las autoridades, la solución no llega y la comunidad sigue padeciendo las consecuencias de la falta de desagüe adecuado.

“Siempre vienen y hacen promesas, pero el problema no se soluciona”, expresó Claudia Da Silva con decepción. La comisión vecinal intentó hacer frente a la situación, pero se enfrenta a obstáculos para obtener el apoyo necesario para resolver el problema de las zanjas abiertas.

“Hay bastantes alimañas alrededor y es un peligro porque entran en las casas”, añadió la vecina, destacando las dificultades y riesgos que enfrentan diariamente debido a la presencia de zanjas sin entubar en el barrio. Además, la falta de entubamiento permite que perros y niños puedan caer en las canaletas, lo que representa un peligro inminente.

El problema no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también tiene un impacto negativo en la salud pública. “Los mosquitos son insoportables, como los malos olores”, lamentó la vecina.

Ante esta difícil situación, los vecinos de Campo las Dolores claman por una solución efectiva y duradera que implique el entubamiento de las zanjas para evitar futuras inundaciones y mejorar la calidad de vida en el barrio.