“Reclamamos iluminación”, declaró. A pesar de haber realizado el reclamo, la situación no mejora y el barrio continúa envuelto en penumbras: “Todavía no pasa nada, aunque todo está oscuro”.

La falta de luz afecta particularmente a la cancha local, donde se congregan jóvenes y adultos para practicar deportes y actividades recreativas. Cáceres destacó la necesidad de una mayor iluminación en esta área: “Hace falta en la cancha donde es un ‘oscuridón'”.

Mientras las viviendas cuentan con iluminación interna, la vereda carece del alumbrado necesario, generando inseguridad para quienes transitan por la zona durante las horas nocturnas: “Las casas tienen iluminación, aunque hace falta sobre la vereda”.

En particular, la esquina representa un punto de preocupación para los residentes debido a la alta velocidad a la que circulan algunos vehículos: “En la esquina es peligroso porque circulan a alta velocidad”.

Pese a los desafíos que enfrentan, Secundina Cáceres destacó que, en general, la zona es tranquila, lo que resalta la importancia de mejorar la iluminación pública como un factor clave para mantener la seguridad y el bienestar de la comunidad.