“Hace como dos meses y medio que las obras están paradas, y queremos noticias sobre si van a continuar o no”, declaró. El zanjeo abierto genera preocupación, ya que los niños circulan por la zona, poniendo en riesgo su seguridad. Además, la falta de avances dejó a la comunidad sin soluciones concretas.

Se había prometido la realización de cordón cuneta, veredas e instalaciones de agua, según las declaraciones de Ríos. Sin embargo, la situación actual de la calle es descrita como imposible de transitar debido al exceso de barro, causando inconvenientes significativos para los residentes.

“Los pasillos quedaron bajo agua”, lamentó Ríos, subrayando cómo la paralización de las obras ha afectado a unas 350 familias en la zona. La falta de progreso no solo ha dejado a la comunidad con una infraestructura vial intransitable, sino que también ha impactado negativamente en la calidad de vida de los residentes.