“Estamos hablando de más o menos 16 años de esta situación”, comentó, señalando que el problema de la pérdida de agua fue persistente durante un largo período de tiempo. “Cuando vine al barrio ya estaba”, agregó.

Hace aproximadamente seis meses, intervino personal para reparar la pérdida y se instalaron nuevos caños. Sin embargo, según Vicente, quedó un trabajo pendiente, asegurando que esta situación representa un riesgo para la seguridad de los residentes y los transeúntes que utilizan la vía.

El vecino advirtió sobre los riesgos potenciales: “Puede haber un accidente, derrape o caída por el musgo que queda sobre la calle”.

Los residentes se ven obligados a tomar precauciones al cruzar la calle para evitar el agua salpicada por los vehículos. “A veces uno tiene que estar esperando a que pasen los autos para que no salpique el agua”, mencionó.