Víctima de violencia de género denuncia inacción de la justicia
En una entrevista realizada por el móvil MisionesCuatro, Marcela Espinoza, residente del barrio San Marcos, denunció una situación de violencia doméstica que sufre desde hace más de dos décadas. A pesar de haber realizado múltiples denuncias y contar con una orden de restricción, Marcela relata que el agresor continúa ingresando a su vivienda y perpetuando actos violentos en su contra, lo que genera un sentimiento de re victimización en la víctima.
En sus propias palabras, Marcela expresó su frustración por la falta de respuestas por parte del sistema judicial: “Hace años vengo denunciando y el juzgado no me da respuestas” y “Llevo la denuncia y no encuentro respuestas”. A pesar de haber buscado auxilio en la policía, señaló que las intervenciones de las autoridades resultan temporales: “Fui a la policía. Ellos van a casa, le sacan a él, lo largan en la calle y vuelve otra vez”.
Marcela afirma que fue responsabilizada injustamente por la policía, quienes le atribuyen la culpa de permitir el ingreso del agresor a su hogar: “Denuncio a la policía que me echan la culpa, dicen que yo le hago entrar en la casa y le abro la puerta”. Sin embargo, ella asegura que el agresor actúa por su cuenta: “El solo va” y que, a pesar de haber sido expulsado en varias ocasiones, siempre encuentra la manera de regresar: “Le sacaron unas cuantas veces”, mencionó.
La situación de Marcela se agrava debido a las agresiones físicas y acosos constantes que sufre: “Me pega y me acosa”. Además, ella tiene hijos que también se encuentran en peligro: “Me insulta y tengo hijos que están conmigo”. Incluso con una orden de restricción vigente, Marcela asegura que el agresor logró evadirla: “Pasa por arriba de la perimetral, llega y tumba la puerta”.
Ante esta situación desesperante, Marcela buscó ayuda a través de la línea de violencia de género, pero lamentablemente solo obtuvo derivaciones al juzgado: “Varias veces llamé a la línea de violencia de género y me mandan al juzgado”. En su testimonio, manifestó su temor por la seguridad de sus hijos y la falta de opciones seguras para refugiarse: “Tengo miedo por mis hijos” y “No tengo donde ir”.