Las redes sociales se llenaron de imágenes impactantes que ilustran la magnitud de los daños. En particular, se difundieron fotografías y videos de invernaderos destrozados, evidenciando la fuerza implacable del viento que, en algunos casos, se combinó con la caída de granizo, agravando la situación.
Los agricultores de la región se enfrentan ahora a la difícil tarea de evaluar los daños y calcular las pérdidas sufridas. Invernaderos, cultivos y otros elementos vitales para la producción quedaron seriamente comprometidos, generando preocupación en el sector.