ELDORADO. Este lunes, en medio de la nacionalización del caso de Sandra Walder (24), la joven embarazada que falleció por dengue, el Ministro de Salud de la provincia, Oscar Alarcón, puso en funciones a las nuevas autoridades del Samic de Eldorado y aprovechó la ocasión para quejarse de las denuncias ciudadanas por el deplorable estado edilicio y la falta de infraestructura de ese hospital.
Alarcón presidió este lunes por la mañana, el cambio de autoridades en el Samic eldoradense, donde, justamente, Walder estuvo internada por dengue hemorrágico. El ministro puso en funciones al doctor Rodrigo Durán, quien asumió como el nuevo director del hospital, relevando a su par José Luis Rivero.
Puesta en funciones de las nuevas autoridades
Este último fue muy cuestionado en su gestión, no sólo por las carencias más elementales de insumos e higiene en el nosocomio. Pero tras el relevamiento, lo nombraron coordinador de programas provinciales de la subsecretaria de salud del Ministerio de Salud Pública.
Además, Alarcón rubricó las designaciones del doctor José Luis Ferreira como nuevo gerente asistencial y de Víctor Martínez, quien asumió como nuevo Jefe de APS (Atención Primaria de la Salud) zona norte de Paraná de Salud.
Críticas del ministro contra las denuncias ciudadanas
En el marco de este acto con la presencia de buena parte de los empleados del Samic, Alarcón pronunció sus amargas quejas contra las denuncias de ciudadanos sobre las carencias del hospital más importante del norte de Misiones, centro referencial para todo el Alto Paraná.
“Cuidemos a la gente, busquemos las herramientas para que salgan con respuestas. No puedo irme (del Ministerio de Salud Pública) dentro de 4 años, sin que, en mi hospital, se termine el odio, la grieta, el desencanto y que se termine lo que hoy todos percibimos: que cada uno tira para su lado. Quiero irme dentro de cuatro años dejando un hospital con muchísimo amor y solidaridad entre los compañeros”, comenzó diciendo Alarcón, en un obvio mensaje contra los conflictos internos en el nosocomio.
Una anécdota personal y la censura contra las denuncias públicas
Luego contó una anécdota personal para censurar a las personas que formulan denuncias ciudadanas, registrando las graves falencias de infraestructura, de insumos y de higiene en el hospital, que según el propio Alarcón, atiende al 40% de la población que acude al sistema público de salud. Dijo que, en 2015, estuvo internado en el Hospital Argerich por un infarto y se encontraba en una cama a la que le faltaba una rueda.
“¿Creen que le subí al Facebook (esta situación) si me habían salvado la vida? ¿Qué nos pasa? Cómo si le están atendiendo a tu papá, le están salvando la vida y vos le sacás fotos al piso, a la pared o al baño, y le subís al corruptos.com para decir que todos somos una m… lo que ustedes saben”, graficó Alarcón, claramente en contra de las divulgaciones públicas de falencias que son su responsabilidad.
Desde luego, Alarcón parece poner a un mismo nivel, la falta de una rueda, con la falta de higiene, de insumos y otras carencias graves, documentadas en el Samic eldoradense bajo la gestión del saliente Rivero. Y se desprende de sus propios dichos, que la ciudadanía vincula las falencias estructurales en los hospitales y en el servicio de salud, con la corrupción en el Estado.
No obstante, el ministro instó a los empleados del Samic, a “enseñar” a la población que en el Samic “se salva vidas” y “cuando uno sufre una complicación y se tiene un final feliz, no significa que no se hizo todo. La medicina es una ciencia que te da medios, pero no garantías de resultados”, dijo un tanto filosófico. Al tiempo que opinó que “estamos haciendo un gran trabajo” y que en un “buen trato a la gente, está el 50% de la solución”.