Boreski describió la situación de la comunidad ucraniana en Apóstoles, considerada la cuna de la inmigración ucraniana en Argentina, como de “extrema angustia, impotencia y tristeza” ante los eventos que se están desarrollando en ese país.
El representante expresó su consternación al presenciar “otro capítulo negro en la historia de Ucrania”, describiendo la intervención rusa como una “invasión genocida”. Recordó con pesar la anexión de Crimea en 2014 como el comienzo de este conflicto.
Boreski señaló la aparente falta de apoyo internacional hacia Ucrania, destacando el desinterés de los principales líderes mundiales en proporcionar el respaldo necesario. Mencionó la insuficiencia de suministros de armas y municiones, así como la vulnerabilidad de Ucrania ante los ataques aéreos rusos.
Según Boreski, Ucrania ha sido blanco de más de 17 mil bombardeos y ha enfrentado numerosos desafíos en la lucha contra un enemigo más poderoso y mejor equipado.
Aunque reconoció las promesas de ayuda por parte de los líderes mundiales, Boreski subrayó que estas no han sido suficientes para contrarrestar la situación desesperada en la que se encuentra su país.
La comunidad ucraniana en Apóstoles y en todo el mundo continúa mostrando solidaridad y apoyo a su tierra natal en este momento de crisis. El fin de semana último, se realizó una misa conmemorativa en una jornada de oración y meditación para buscar respuestas y el final de este conflicto con la llegada de la paz a Ucrania. Posteriormente, hubo un pequeño acto en la plaza Ucrania de Apóstoles.