[vc_row][vc_column][vc_column_text]El episodio ocurrió en la terminal de ómnibus de Posadas. Una anciana de 80 años que se moviliza con un andador, tenía reservado un asiento en la parte inferior de un micro; a la hora de viajar, la empresa de colectivos le destinó un lugar en el piso superior, aunque no podía subir las escaleras.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”117719″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Las redes sociales como Facebook y Twitter son una de las herramientas más usadas para desarrollar denuncias públicas entre los usuarios, para luego recurrir a instancias jurídicas. Es el caso de Claudia Flamini, quien eligió este sistema para socializar el mal momento que pasó su mamá en la terminal de ómnibus de la ciudad de Posadas el viernes último.
En diálogo con MisionesCuatro.com, sostuvo que posteriormente también realizó una denuncia policial en la Comisaría 17, la cual fue derivada a un juzgado civil. Además, denunció el caso ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).
Según relató Flamini, había reservado un pasaje en micro con tres semanas de anticipación para asegurar la comodidad en el viaje de la mujer de 80 años, quien tiene una discapacidad motriz y debe utilizar un andador para mantenerse en pie o desplazarse. “Es un boleto gratuito que le corresponde por ley, ante su situación de discapacidad, luego el Estado le paga a la empresa de micros”, dijo la hija.
Sin embargo, a la hora de tomar el ómnibus hacia Buenos Aires, se encontró con una sorpresa. Había pedido para su madre un asiento en la parte inferior, ya que le resulta complejo subir las escaleras que llevan a la planta superior; para su asombro, le asignaron una butaca justamente en la sección de arriba.
Tras idas y vueltas a la boletería, recibió esta contestación por parte de un presunto empleado de la firma: “¿Qué culpa tengo yo que tu mamá no camine?”. Posteriormente –siempre, según las declaraciones de Flamini-, se acercó un hombre que se identificó “encargado de la terminal de Posadas” y protagonizó un nuevo episodio de mala educación ante la consumidora del servicio.
“Cuando le pedí su nombre, comenzó a gritarme, pedir que me saquen de ahí y amenazarme indicando que no lo conocía, que no sabía quién era, que lo iba a conocer”, expresó la damnificada. “Al querer echarme, está consintiendo un acto de discriminación y maltrato a una anciana discapacitada”, agregó.
Finalmente, un pasajero adulto mayor fue quien se solidarizó con la mujer, que apenas podía mantenerse en pie, mientras esperaba una solución por parte de la empresa. El hombre le cedió su asiento y tomó el lugar que le habían destinado a ella.
“La empresa no solucionó nada, fue gracias a ese anciano que mi madre pudo viajar”, sostuvo la denunciante con indignación.
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