Según Robledo, las presiones ejercidas por el Consejo General de Educación dejaron sorprendidos a los colegas, pero no disminuyeron su determinación en los reclamos. Señaló que el conflicto abarca tanto aspectos salariales como de infraestructura educativa, resaltando la fragilidad de esta última en toda la provincia.

El principal reclamo gira en torno a la situación salarial de los docentes, que se ven imposibilitados de vivir dignamente debido a los altos costos de energía y alquiler. Robledo indicó que se espera que la presidente del consejo comunique a las autoridades las demandas de los docentes, aunque expresó escepticismo sobre la efectividad de esta acción, considerándola una estrategia para ganar tiempo.

Entre las demandas específicas, se destaca la derogación de una resolución que afecta los derechos de los docentes y temas relacionados con las suplencias, así como el cese de persecuciones laborales. Robledo denunció la presión ejercida sobre directivos para elevar listas, lo cual considera una medida injusta.

El representante sindical destacó que la situación llevó a un crecimiento de la movilización, con la participación de localidades que antes no se involucraban en este tipo de protestas. Criticó la falta de respuesta por parte del gobierno, mencionando ejemplos como Santiago del Estero, donde se aumentó significativamente el salario mínimo de los docentes.

Robledo enfatizó que la huelga beneficia a todos y subrayó que los docentes misioneros están ganando menos que hace 30 años, incluso al comparar sus salarios con el valor del dólar. La situación, según él, refleja una lectura “escandalosa” de la realidad laboral de los docentes en la provincia.