El billete de máxima denominación en el país, tendría que ser de $35 mil, sostienen
POSADAS. Los rumores que circulan desde el Banco Central de la República Argentina, respecto de la emisión de billetes de pesos de mayor denominación, con cifras de 2.000, 5.000, 10.000 y hasta 20.000, refleja y es producto del “grado de desvalorización de nuestra moneda”, aunque ello no implicará tener “más o menos inflación”, de acuerdo con el profesor de macroeconomía Guillermo Knass, quien se mostró más bien pesimista ante la posibilidad de que el Gobierno controle la inflación, porque los planes de estabilización económica, se impulsan al principio y no al final de la gestión.
Consultado por el programa Primera Mañana, Knass insistió en que la denominación de los billetes no generará mayor inflación, pero sí, abaratará cuestiones de logística. “El monto no va a generar diferencias en el crecimiento, el desempleo o en la inflación, porque haya billetes de más o menos denominación”, comentó el profesor.
“Lo que tiene son efectos operativos. Hoy una suma no importante para una gran empresa en su venta diaria, como un millón de pesos, para trasladarla y depositarla, necesita un camión”, precisó.
Respecto de la denominación máxima, Knass opinó que debería ser mucho más alta que la que se plantea el gobierno, con billetes de $10 mil o $20 mil. “El billete de máxima denominación debería equivaler a 100 dólares, que es el de máxima denominación en Estados Unidos. Para tener una escala de billete normal, el de máxima denominación tendría que estar valiendo 35 mil pesos, no mil pesos”, remarcó.
La medida de imprimir billetes de más denominación, “tiene efectos operativos, si tenés muchos billetes, tenemos muchos gastos de traslado, problemas de cajeros, encarecimiento de la emisión. Pero no es eso lo relevante”, acotó.
Una estrategia del BCRA para evitar la evasión
“La estrategia del BCRA, tenía entendido, era no emitir billetes de más denominación para evitar las transacciones en efectivo, que siempre dan lugar a la evasión. Querían avanzar en la bancarización de las operaciones de denominaciones media a alta, pero no podés prescindir totalmente del efectivo”, apuntó el profesor en macroeconomía, quien vaticinó que “quizás sí dentro de 20 años” se pueda prescindir de los billetes.
Para Knass, la necesidad de emitir billetes de mayor denominación a la actual, “es una consecuencia de la pérdida del valor” de la moneda nacional.
“La inflación es un aumento generalizado y sostenido de todos los precios, ya hay un descontrol de precios. Los precios son dinámicos, suben y bajan, pero eso no es inflación. Acá tenemos un problema monetario, se emite más de lo que se produce y si tenés mucho dinero y pocos bienes, los pocos que tenés aumentan de precio. No hay forma de escapar de esa lógica”, argumentó el profesor.
“Argentina tiene déficit e imprime dinero, esto afecta al poder adquisitivo, los billetes emitidos cada vez compran menos, y esto te obliga a emitir billetes más grandes. Pero no vas a tener más inflación o menos por tener billetes más grandes, sino que el problema es la cantidad de dinero emitido”, completó su explicación sobre el tema, insistiendo en que la inflación se debe a un desbarajuste fiscal y monetario.
Persistirá la inflación porque los planes de estabilización monetaria, se aplican al comienzo de la gestión
Por otra parte, Knass advirtió que en 2023 continuará el problema de la inflación en el país. “No veo un plan para solucionar el problema monetario. Siempre es bueno que baje un punto de inflación, pero eso pasó porque la carne no se movió y eventualmente se va a mover. Podés controlar un precio un tiempo, pero después vas a tener un problema”, analizó.
En cuanto a si el gobierno nacional podrá controlar la inflación en el último año de la actual gestión, Knass se mostró más bien pesimista. “Los planes de estabilización se largan al principio de la gestión, como el de la Convertibilidad o el Plan Austral. Lo que la historia muestra que no hay plan serio y sustentable que se largue al final del mandato, porque los agentes no te acompañan. Veo muy difícil que baje la inflación”, remató.
“La solución a la inflación es un plan integral que empiece por corregir el déficit fiscal y se deje de emitir. No creo que haya margen para hacer un plan gradual en Argentina. Y un shock tiene sus problemas. Tendrías que aumentar ciertos precios para estar en equilibrio, por ejemplo, la energía que ahora está subsidiada”, completó el especialista.