POSADAS. Si bien la escasez de lluvia les permite trabajar de manera más regular, el sector de la olería se encuentra en crisis en Posadas, según lo que señalaron trabajadores del barrio El Porvenir, en diálogo con MisionesCuatro este lunes. Uno de los problemas es la falta de uno de los insumos básicos, la tierra para explotar, mientras que, por otra parte, los costos productivos y el aumento de otros insumos, como el aserrín y la leña, ponen en jaque al sector.

De acuerdo con Tomás García, son unos 250 los oleros que están en crisis, pero hasta el momento, ningún funcionario estatal se acercó a los trabajadores, para conocer la problemática y sus necesidades.

“Hay compañeros que están sin tierras, alrededor del 70%, ya no tienen para explotar. Y los pocos que quedamos somos el sostén de los que vienen a producir con nosotros”, contó Tomás García, uno de los voceros de los oleros del barrio.

Mientras que, por otra parte, el costo de los insumos se disparó, un problema que se suma al de la falta de tierra, que es el insumo básico. Consultado al respecto, García contó que los ladrillos están a un precio de unos 7 – 8 pesos, cada uno, sin embargo, con ese valor, no alcanzan a cubrir los costos de producción. “El aserrín subió de $2.700 a $7.000. Mientras que la leña pasó de $600 a $1.200 – 1.400. (También) subieron los gastos para remover la tierra, subió a $5 mil la hora, la retroexcavadora chica. Y la retro grande, está en $10 mil por hora. Ya casi nadie tiene esa plata”, comentó el olero.

Según García, en el barrio son 84 oleros. Y hay que multiplicar por 3. Así que son 250 (los oleros) que viven de este rubro. Porque hay mujeres que también trabajan y producen”, sostuvo.

Ante la pregunta de este medio, García indicó que “hasta hoy, nadie del Estado se acercó”. De acuerdo con el trabajador, supieron de movimientos de políticos, “pero son ideológicos – partidarios. Nosotros somos de la otra ideología, de la producción y del trabajo. Queremos seguir trabajando y vivir de nuestra producción, como todos los compañeros”, remató el olero.

Por su parte, una joven Diana González, una joven olera de 20 años de edad, dijo que “está complicada la venta. Nos ayudamos entre nosotros, son muy pocos los que nos ayudan a nosotros. Alguno que otro viene a ver el tema de la olería. Y acá, del gobierno, no viene nadie, la verdad”, expresó la joven.

Asimismo, González puntualizó que no les queda “casi nada de ganancia, porque se tienen que levantar las cosas para la olería. No se gana casi nada (por la actividad)”, remató la joven olera.