POSADAS. Este viernes, fecha en que antiguamente se conmemoraba el Día Nacional del Trabajador Social, la docente, licenciada e investigadora Antonia Husulak, dialogó con MisionesCuatro sobre su profesión y las enormes diferencias del ejercicio profesional que vienen dándose en los últimos 40-50 años.

Actualmente jubilada, Husulak, quien supo ser candidata por la UCR y funcionaria provincial, recordó: “Nos llamaban asistentes sociales y nos fuimos transformando en trabajadores, entendiendo de que es un trabajo y no asistencialismo. Fui jefa del departamento de asistencia social en 1973, en esa época, algunos dicen que había un 3 y otros un 5% de pobreza. Hoy nuestra profesión es totalmente distinta a la que yo ejercía”, comentó la licenciada, haciendo alusión al presente contexto de una pobreza que alcanza, como mínimo, al 50% de la población.

“Que una persona tenga la posibilidad de desarrollarse”

“La pobreza he hecho estragos en la ciudadanía”, afirmó Husulak, para quien hubo un “direccionamiento” para que esto ocurra. En los años 70’s “cuando dábamos becas y pensiones, verificábamos en casa por casa, la energía que la gente ponía para salir adelante”, resaltó la licenciada, que aseguró recordar casos en los que la madre “era lavandera” y logró que su hijo se reciba de doctor. “Ese era el empuje que tenía la gente pobre y quería que sus hijos progresen”, apuntó.

Sin embargo, “la contracara de hoy es desastrosa. El paternalismo que ejerció el Estado en las últimas décadas causó una decadencia en la dignidad de las personas”, aseguró Husulak. “Mi preocupación es la pobreza estructural, y cultural. Estructural porque se hizo una estructura con los planes y todo lo que significa (la ayuda social). No hubo una contraparte para que la gente recupere su dignidad”, lanzó.

“La esencia de un trabajador social es lograr que una persona tenga la posibilidad de desarrollarse”, enfatizó Husulak, recordando distintos proyectos y capacitaciones en los que trabajó y que mejoraron la situación de diversas familias. “Lo que me aterra del presente es la escasez de motivación para una verdadera educación, de calidad, de constancia, de esfuerzo. Para que los chicos en un futuro no sean dependientes de un plan, sino que tengan su autodesarrollo”, sentenció.

El desaliento al trabajo y la producción a raíz del Populismo

Para Husulak, “se perdió el esfuerzo propio para salir y progresar”. Sin embargo, el problema radicaría según ella, en la política. “Hay que revertir los conceptos de la política, no tiene que estar al servicio de algunos”, lanzó la trabajadora social, para quien “hay un sistema estructural que apaña esta liviandad en los conceptos”.

De acuerdo con Husulak “hay una contradicción entre los planes y la mano de obra de los productores” que demandan cosecheros, pero esto surge porque el sistema de altas y bajas de la Anses, no está aceitado. Entonces, los desempleados que reciben planes sociales no pueden recuperar los subsidios toda vez que ingresen en el trabajo formal de forma temporaria.

“Hay un sistema instituido porque si a los empresarios no le sacan más del 50% en impuestos estarían dispuestos a generar puestos de trabajo”, espetó Husulak, quien insistió en que “hay un desánimo porque todo da igual, hay una decadencia institucional”.

“El paternalismo hoy en política se llama populismo”, sentenció.

Cabe recordar que el 2 de julio quedó instituido como Día del Trabajador Social en 1961 durante las Segundas Jornadas Nacionales de Servicio Social. Se eligió el día en que entonces se celebraba la Visitación de la Santísima Virgen. Pero en 2012, la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social cambió la fecha. Y adoptó el 10 de Diciembre, que es el Día Universal de los Derechos Humanos.