Ortiz destaca que la franja etaria con la que trabajan en el Ce.Mo.AS abarca desde los 13 hasta los 17 años y subraya la importancia de abordar cada caso de manera particular, considerando que muchos están relacionados con el consumo problemático de sustancias. Solo en el 2023, asistieron a 250 menores.

En el proceso de intervención, explica que cuando un menor es detenido, se activa un protocolo que involucra al juzgado, familiares y profesionales del centro. Con la orden de la justicia, se procede a la revinculación familiar o al traslado a otras instituciones.

Se destaca la relevancia del primer seguimiento, donde se obtiene un contexto familiar del menor y se detectan posibles vulneraciones de derechos. Ortiz menciona la importancia de restituir derechos esenciales como la educación, especialmente en casos donde muchos menores carecen de documentos de identidad.

El director del Ce.Mo.AS reconoce la diversidad de situaciones, indicando que no todos los casos son complejos y que algunos representan comportamientos propios de la edad. Enfatiza que la intervención es la primera, y la justicia determina el camino a seguir con cada menor, buscando restablecer no solo la legalidad, sino también el bienestar y la normalidad en sus vidas.