Desde hace un año, el Padre Cañete notó un marcado deterioro en la vida social de la gente y una creciente fragmentación de sus aspiraciones y deseos. En sus palabras, “estamos en conflicto con lo que se espera”. El trabajo con las comunidades más humildes se ha vuelto más intenso, y la necesidad de ayuda se ha vuelto más apremiante.

El Padre Cañete habló sobre la feria de ropa que se llevará a cabo este fin de semana para ayudar a más de 150 familias con insumos y otros recursos. “Si la gente no llega a fin de mes, nosotros tampoco llegamos a cubrir la asistencia”, lamentó. Subrayó que la gente depende cada vez más del Estado y de la ayuda externa, y esto es motivo de preocupación.

El sacerdote destacó la importancia de fortalecer la asistencia alimentaria, ya que muchas personas ya no pueden cenar y es necesario encontrar estrategias para garantizar que los niños puedan comer. “No tenemos mucho, pero tratamos de llegar con las comidas principales”, afirmó.

El Padre Cañete expresó su preocupación por la falta de prioridad que algunos sectores de la sociedad dan a la alimentación y la estabilidad financiera. Señaló que, a menudo, la gente gasta su dinero en eventos como el “Black Friday” en lugar de asegurarse de que sus necesidades básicas estén cubiertas.

En relación con el contexto político, el Padre Cañete mencionó que las agrupaciones sociales no están haciendo reclamos activos en la actualidad debido a la campaña política en curso. Sin embargo, advirtió sobre una posible “explosión social” en el futuro.

El sacerdote se mostró esperanzado al hablar de su interacción con los jóvenes en las escuelas, destacando que la participación de los jóvenes es crucial. Mencionó que la fatiga política es evidente en el voto de la juventud y enfatizó que los debates políticos actuales carecen de sustancia y propuestas concretas.