Laudo tealero: aseguran que el precio fijado por Nación es la mitad de lo que necesitan los productores para no fundirse
POSADAS. Este martes, tras una reunión con la Secretaría de Agricultura de la Nación, el Ministerio del Agro y la Producción informó que por resolución del Ministerio de Economía, Trabajo y Agricultura, a partir de este miércoles, el precio del brote de té será de $18,50 por kilogramo puesto en secadero. Pero este valor es poco más de la mitad de lo que precisa el sector productivo, que exporta a dólar oficial ($185) y paga insumos y combustibles al dólar blue ($381), según explicó el dirigente tealero y referente de APAM, Cristian Klingbeil, en diálogo con el Noticiero Central de MisionesCuatro.
Desde el Ministerio provincial destacaron que es el cuarto precio establecido desde el inicio de la zafra, pero Klingbeil insistió en que el primer precio fijado, también estaba “a la mitad de lo que necesitamos para decir que el té es un producto que se puede laburar”.
Con los $18,50, un peso más del anterior valor, “seguimos estando en la mitad del precio que necesitamos. Estamos laburando a pérdida. Necesitamos un dólar más cercano a nuestra realidad. Exportamos a $185 y mirando el dólar blue, parece una tomada de pelo”, se quejó Klingbeil, insistiendo en la distorsión provocada por la brecha cambiaria.
“Laburamos para un dólar oficial pero cuando compramos combustible pagamos a un dólar más cercano al blue. Es lo que pasa a todos los productores que exportan”, resaltó Klingbeil, a favor de un dólar especial para el té, como se implementara con la soja, en 2022.
Consultado por este medio, Klingbeil consideró que el precio sostén debería ser “como mínimo, $35 el kilo por brote de té. La comparación histórica que hacían los productores es que con 1000 kilos de brotes de té se compraban 200 kilos (del fertilizante) Urea. Con este precio, apenas podemos comprar 70 kilos de Urea”, alertó el dirigente.
Entre los costos productivos, Klingbeil mencionó el costo de los agroinsumos, fertilizantes y productos para controlar el ácaro. Pero, además, “antes de cada pasada de máquina tenemos que hacer una limpieza a mano. Ni hablar el tema de mantener una cosechadora o un camión, es un costo cada vez más alto”, detalló.
A modo de ejemplo de la inflación galopante que golpea al sector, Klingbeil recordó que “un rulemán de una cosechadora estaba a $ 1.050 a mitad de noviembre y a mitad de diciembre, $2.500”, sostuvo.
Por otra parte, el problema de la falta de lluvias, agrava la situación de los colonos tealeros. “En los últimos 3 años nos viene pegando muy fuerte el clima. Este año venimos un poquito mejor. Lo que nos perjudicó fue ese frío de noviembre, que nos atrasó un mes el inicio de la cosecha. Pero no estamos con los niveles de lluvia normales para esta época del año”, consignó.
“Y la pandemia y la guerra en Ucrania hizo que no tengamos precio de fertilizantes”, añadió el dirigente de la Asociación de Productores Agrarios Misioneros.
Para el productor, y es lo que solicitaron a la Secretaría de Agricultura de la Nación, “lo único que nos queda es un dólar diferenciado para no terminar la zafra tan complicada y para que los productores no piensen en eliminar sus plantaciones, que es lo que viene pasando en los últimos años”. Y advirtió: “No queremos desaparecer como productores en el mundo, como ocurrió en Brasil”.
En cuanto a las próximas reuniones con funcionarios nacionales y provinciales, Klingbeil aclaró que todas las reuniones de la Comisión Provincial del Té (Coprote) las solicita el sector productivo, toda vez que aumenta el valor del dólar.
Y, por otra parte, “varios funcionarios nacionales estarían viniendo para la fiesta del Té en la primera quincena de febrero, y tendrían reuniones con los distintos eslabones de la cadena tealera”.
Sobre el final de la entrevista, Klingbeil cuestionó al Estado por quedarse con la mayor parte de las ganancias de la actividad productiva, que estimó en torno al 45% en promedio, a través de los impuestos nacionales, provinciales y municipales. “No somos formadores de precios, sino que trasladamos los costos que impone el Estado. Nos mete en una situación donde quedamos obligados a ir de rodillas a pedir soluciones a los problemas que ellos mismos generan”, sentenció.
Por último, Klingbeil recordó que este año se están “cumpliendo los 100 años del ingreso del té al país, y estamos contentos (por el hito), pero muy preocupados por los precios que se está pagando. No pudimos conseguir un mejor precio y no estamos contentos”, subrayó Klingbeil quien no se olvidó de otros de los grandes problemas del sector, es decir “los servicios de distribución eléctrica que son desastrosos”, en Misiones.