“Reclamamos viviendas dignas para dejar de sufrir”, expresó Lima, reflejando la urgencia y la necesidad de una solución del gobierno provincial para estas familias que enfrentan dificultades cotidianas.
Según Lima, el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA) les prometió una vivienda digna, pero hasta el momento no hubo avances concretos en sus condiciones de vida. La incertidumbre y la falta de respuestas generan frustración y desesperanza entre los residentes del asentamiento.
“Mi sueldo no alcanza para un alquiler o para arreglar mi vivienda”, lamentó Lima, destacando la situación económica precaria en la que se encuentran muchas familias. La lucha diaria por sobrevivir se ve agravada por problemas de salud como el dengue y las condiciones insalubres en las que viven.
“Es horrible, entra agua, hay mosquitos y hay monte”, describió Lima, pintando un cuadro desolador de las condiciones de vida en el asentamiento.
Las familias del asentamiento, conscientes de la importancia del entorno en el que viven, se esfuerzan por mantener limpios los espacios verdes, incluso sacando dinero de sus propios bolsillos para cortar el pasto.