En medio de un clima de tensión y determinación, los manifestantes expresaron sus demandas y preocupaciones, destacando la necesidad de poner fin a la situación de injusticia que enfrentan.
“Los maestros son sagrados y deben ser respetados”, enfatizó uno de los manifestantes, reflejando el sentimiento compartido entre muchos de los presentes. Otro manifestante instó al gobierno provincial a abandonar la soberbia y buscar activamente el diálogo como un camino hacia la resolución del conflicto.
Las disparidades entre las altas tarifas provinciales y los bajos salarios de los trabajadores también fueron destacadas, con un llamado urgente a una decisión política que aborde estas preocupaciones de manera efectiva.
Además, se hizo hincapié en la necesidad de reabrir la mesa de diálogo entre los trabajadores y el gobierno, que, según algunos manifestantes, había sido cerrada unilateralmente por las autoridades provinciales.
Entre los testimonios más conmovedores se encontraba el de un manifestante que reflexionaba sobre la representación gubernamental, recordando que muchos funcionarios tienen antecedentes familiares en la docencia, lo que, según él, debería llevarlos a una mayor empatía y acción en favor de los trabajadores.
La manifestación, que se desarrolló en un ambiente de solidaridad y determinación, evidenció la creciente frustración y la voluntad de los trabajadores de seguir luchando por condiciones laborales justas y equitativas.