[vc_row][vc_column][vc_column_text]
- Se trata de los hijos de Marta Carballo, la mujer que falleció de cáncer en noviembre del año pasado. Los menores tienen entre cuatro y catorce años. Su padre está sin empleo y no tienen para comer. Viven de las donaciones de los vecinos.
[/vc_column_text][vc_single_image image=”91057″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” title=”Foto de archivo.”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Eduardo Fraga vive junto a catorce de sus quince hijos en una casa precaria en la villa Gunther, uno de los barrios más pobres de la ciudad de Oberá. Los chicos perdieron a su madre, Marta Carballo, el año pasado, víctima de un cáncer terminal. La mujer era el único sostén económico de la familia, que a cuenta de esfuerzos y sacrificios subsistía con la pensión de “madre de siete hijos” en condiciones de extrema pobreza.
A su vez, la historia de Fraga fue de trabajo y rebusque diario vendiendo chipas, el único oficio que conoce. Sin embargo, cuando su esposa se enfermó, él tuvo que quedarse a cuidarla, porque no había dinero para pagar el servicio de enfermería y el Estado no les brindaba ningún tipo de asistencia.
Tras la muerte de Marta, se quedaron sin el único ingreso fijo que tenían y Fraga afirma que sigue sin poder salir a trabajar porque tiene que cuidar a los niños más pequeños. Así las cosas, no logran romper la estampa de la pobreza y solo viven de las donaciones de vecinos solidarios que acercan alimentos y otros elementos básicos.
Mientras tanto, hay una promesa de ayuda del Municipio que nunca llegó y ningún organismo estatal les ofreció una salida. La miseria está presente en su humilde hogar como fiel testimonio de la ausencia del Estado, ante ciudadanos que demandan de urgente interés, mientras las autoridades miran para otro lado.
vb[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_facebook type=”button_count”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_tweetmeme][/vc_column][/vc_row]
