“Me levanté con dolor en el alma”, compartió, describiendo el impacto emocional de la situación. Los docentes se dirigieron a la Cámara de Representantes, conocida como la Casa del Pueblo, para reclamar por la suspensión de la mesa de diálogo que estaban solicitando.

“Fuimos a reclamar a la Cámara de Representantes, la Casa del Pueblo”, afirmó Trobetta. “Venimos reclamando la mesa de diálogo que suspendieron”, agregó, señalando la falta de respuesta por parte de las autoridades gubernamentales.

La docente expresó su indignación por el acuerdo firmado con solo dos sindicatos, dejando fuera a gran parte de la docencia misionera. “A colegas los pasaron por encima, les pegaron”, denunció, repudiando la violencia ejercida durante las protestas.

Trombetta destacó la importancia de defender los derechos laborales y repudió cualquier acto de violencia. “Si no defiendo mis derechos, ¿quién lo va a hacer?”, cuestionó, subrayando la necesidad de mantener la lucha de manera pacífica y respetuosa.

“Nuestra única arma es la tiza”, afirmó, haciendo hincapié en la importancia de la educación como herramienta de cambio y transformación social. Instó al pueblo misionero a levantarse y no permanecer en silencio ante la situación que están enfrentando.

“El pueblo misionero debe levantarse”, concluyó, llamando a la acción y la solidaridad en tiempos de dificultad.